Carmen Reinhart & Kenneth Rogoff
Esta ha sido una de las estadísticas más citadas en los debates públicos durante la Gran Recesión.
La teoría de Paul Ryan “Camino hacia la Prosperidad presupuestaria” se hace eco de este resultado: “encontraron
evidencias empíricas de que exceder el 90% [de deuda pública] de la
economía tiene un significativo efecto en el crecimiento económico”.
El consejo editorial del “Washington Post” considera el estudio como un consenso económico, manifestando que “la
relación deuda pública/PIB podría seguir creciendo – y acercarse
peligrosamente al limite del 90% que los economistas consideran como una
amenaza para un crecimiento económico sostenido ”
¿Es concluyente?
En
respuesta se ha argumentado que la causa es a la inversa, que la
disminución del crecimiento conlleva un aumento de la tasa deuda pública
/ PIB. Josh Bivens y John Irons sostuvieron este argumento en el Economic Policy Institute.
Pero su argumento asume que los datos son correctos. Desde el
principio ha habido quejas porque Reinhart y Rogoff no entregaban los
datos en que se fundamentaba su estudio (Dean Baker). Muchos
especialistas trataron de reproducir los resultados chocando con un
muro a diestra y siniestra y no pudieron reproducirlos.
En un reciente artículo "¿Suprime significativamente la Deuda Pública el Crecimiento Económico?" en realidad una crítica a Reinhart y Rogoff” de Thomas Herndon, Michael Ash y Robert Pollin
de la universidad de Massachusetts, contradicen con éxito los
resultados. Después de tratar de replicar los resultados de Reinhart y
Rogoff y no conseguirlo se pusieron en contacto con ellos y pudieron
acceder a los datos originales que estos habían utilizado. Esto les
permitió determinar cómo se habían construido estos datos.
En aquel momento se evidencian tres problemas:
1) El primero es que Reinhart y Rogoff excluyen selectivamente años de alta deuda pública y con crecimiento económico medio.
2) El segundo es que usan un discutible método de ponderación de los países.
3)
Tercero, parece ser que también hay errores de programación de la hoja
de cálculo, excluyendo países con niveles altos de deuda pública y
crecimiento económico promedio. Estos tres sesgos sostienen sus
resultados y sin ellos no se pueden obtener.
Exclusiones Selectivas.
Reinhart
y Rogoff usan el periodo 1946-2009 como su periodo, siendo su año
inicial aquel con la principal diferencia entre los países estudiados.
El conjunto de datos contiene 110 años de datos disponibles para los
países que tienen una ratio deuda pública / PIB por encima del 90% pero
solo toma 96 de esos años. El artículo no especifica qué años excluyeron
ni por qué. Herndon-Ash-Pollin encontraron que excluyeron Australia
(1946-1950), Nueva Zelanda (1946-1949) y Canadá (1946-1950).
Esto
tiene consecuencias, ya que estos países tienen una elevada deuda
pública y a la vez un sólido crecimiento económico. Canadá tuvo una
ratio deuda pública / PIB por encima del 90% durante el periodo excluido
con un 3% de crecimiento del PIB.
Nueva Zelanda tuvo una ratio deuda pública/PIB por encima del 90%
durante el periodo 1946-1951. Si se calcula el valor medio de la tasa de
crecimiento para dicho periodo, encontramos que se trata del 2.58%. Si
solo se tiene en cuenta el último año, como hacen Reinhart y Rogoff, se
conoce que la tasa de crecimiento es de -7.6%. Ésa es una gran
diferencia, especialmente si consideramos como han ponderado los países.
Ponderaciones
poco convencionales. Reinhart y Rogoff dividen los años de los países
por tramos de ratios de deuda pública / PIB. Así, toman el valor
promedio del crecimiento real para cada país dentro de dichos tramos. La
tasa de crecimiento de los 19 años que Gran Bretaña está por encima del
90% de la ratio deuda pública / PIB son promediados y se convierten en
un solo número. Estos números de país se promedian, sin ponderar, para
calcular la media aritmética del peso del crecimiento del PIB real.
Un
ejemplo para entenderlo mejor. Gran Bretaña tiene 19 años (1946-1964)
por encima del 90% de la ratio deuda pública/PIB con un valor promedio
de 2.4 % de tasa de crecimiento.
Nueva Zelanda tiene un solo
año en la muestra de datos por encima del 90% de la ratio deudapública /
PIB con una tasa de crecimiento de -7.6%. Estos dos números, 2.4% y
-7.6% son ponderados de igual forma en el cálculo final como si
promediasen ambos países de igual forma. Y esto aunque Gran Bretaña
tiene 19 veces más puntos de datos que Nueva Zelanda.
Ahora,
podría ocurrir que no se quisieran ponderar de igual forma los años
(Herdon,Ash y Pollin consideran correlaciones de series como una
posibilidad). Puede ser que quieras tomar episodios. Pero esta
ponderación reduce significativamente la media aritmética; si uno
pondera por el número de años encuentra un mayor crecimiento por encima
del 90%. Reinhart y Rogoff no discuten en su artículo esta metodología,
tampoco el hecho de que están ponderando de esta manera ni su
justificación.
Error en la programación de la hoja de cálculo.
Herndon, Ash y Pollin muestran que: “Un error de Reinhart y
Rogoff en la programación de la hoja de cálculo excluye completamente
cinco países, Australia, Austria, Bélgica, Canadá y Dinamarca, del
análisis. Reinhart y Rogoff promedian los datos en las celdas de las
líneas 30 a 44 en lugar de las líneas 30 a 49 … este error en la hoja de
cálculo … es responsable de -0.3 puntos de porcentaje de error en los
datos publicados por Reinhart y Rogoff sobre el promedio real del
crecimiento del PIB en la categoría mayor de la ratio deuda pública /
PIB”.
Bélgica, en particular, tiene 26 años por encima de la ratio del 90% de deuda pública/PIB con un promedio de tasa de crecimiento del 2.6% (aunque solo se le ha contado como un único punto debido a la ponderación mencionada anteriormente)
Bélgica, en particular, tiene 26 años por encima de la ratio del 90% de deuda pública/PIB con un promedio de tasa de crecimiento del 2.6% (aunque solo se le ha contado como un único punto debido a la ponderación mencionada anteriormente)
En el
siguiente gráfico se puede ver la caja azul de Excel para las fórmulas
donde se aprecian los datos omitidos(imagen adjunta):
La equivocación de Reinhart y Rogoff, es decir uno de los pilares
argumentales empíricos que proporcionan los fundamentos intelectuales
para el desplazamiento global hacia la austeridad a principios de 2010
se basó en que alguien accidentalmente no actualizó una fórmula en una
fila en una hoja de cálculo Excel.
Por tanto, Herndon, Ash y Pollin han encontrado que “la
tasa promedio de crecimiento real del PIB para países que acarrean una
ratio deuda pública / PIB por encima del 90% es realmente 2.2% y no
-0.1% como pretendían Reinhart y Rogoff”. Estudiando los datos
en profundidad han sido incapaces de encontrar un punto límite donde el
crecimiento caiga rápida y significativamente. También se evidencia de
manera clara por qué deberían mostrar sus datos online, así podrían
probablemente ser revisados.
Pero más allá de todo esto,
analizando los datos y cuánto pueden colapsar debido a esta o a aquella
asunción, se deriva claramente que no hay números mágicos ahí fuera. La
deuda necesita ser tenida en cuenta como una respuesta a las
circunstancias contingentes que padecen las economías en todo el mundo:
desempleo masivo, una Reserva Federal (FED, EE.UU.) tratando
desesperadamente de ganar tracción en el nivel cero más bajo y una
diferencia entre lo que podríamos producir y lo que realmente se
produce.
Un fantasma recorre la economía burguesa, es el fantasma de Marx
De
nuevo Marx, muestra tener razón. Los agentes productivos dentro de un
sistema capitalista con mayor "mano de obra" en razón del capital, son
más rentables. La economía burguesa tradicional, predice que no
habrá tal diferencia sistémica entre las tasas de ganancia entre los
diferentes agentes productivos. Pero si se hace lo que Galileo hizo con
la física aristotélica, es decir, ponerla a prueba experimentalmente, se
demuestra que este presupuesto no es cierto, eso es, que la tasa de
fuerza de trabajo o mano de obra, es de lo que depende la tasa de
ganancia de los agentes productivos; y diversos estudios empíricos lo
verifican, así como las condiciones actuales de la economía mundial. Los
agentes productivos dependen en proporción directa para lograr una tasa
mayor de ganancias de más inversión en mano de obra, en fuerza de
trabajo, o capital variable, que en la inversión de capital dinerario en
capital fijo, o medios de producción, técnica y tecnología,
infraestructra, materia prima.
La cuestión es
simple, mayor inversión dineraria en fuerza de trabajo, implica mayores
ganancias, mayores ganancias de los agentes productivos, eso implica el
aumento de la tasa media de ganancias (Average rate profit ARP) de la
producción, esto implica a su vez un crecimiento sostenido del sistema y
eso implica mayor tasa de recaudación fiscal y por ende menor o ningún
déficit público.
Y eso fue lo que explicó Marx, el capitalismo depende de la tasa de ganancia (TG) de los agentes productivos.
Esta TG o tasa de ganancia se calcula dividiendo la plusvalía por la
suma del capital constante y el capital variable, por lo que la tasa de
plusvalía (ganancias) de un agente productivo, es la plusvalía o
ganancias al final del proceso productivo dividida por el capital
variable o el costo de la fuerza de trabajo requerida como insumo dentro
del proceso productivo.
Si el proceso productivo, invierte más el capital dinerario en
capital fijo (activos), que en capital variable o fuerza de trabajo,
entonces disminuyen las ganancias y plusvalores derivados, lo que genera
una tendencia a la caída en la tasa media de ganancia; de lo que se
deriva un ciclo de aumento del desempleo y de la respectiva recaudación
físcal, por ende incrementa un déficit público, y si el órgano de
emisión dineraria dentro de una Estado, inyecta cada vez más capital
dinerario y cada vez recauda menos de deuda generada por ese capital
dinerario inorgánico, vienen entonces los déficit fiscales.
Esto es precisamente lo que ha sucedido con la economía mundial, a partir de un ciclo del estallido de burbujas financieras especulativas, como lo fue la burbuja inmobiliaria en oriente (los ex dragones, tigres y demás entes de la mitología capitalista), la burbuja del Punto-Com y finalmente el estallido de la burbuja de las hipotecas subprime, ponen en evidencia, que el sistema económico se desplazó de inversiones fuertes en capital variable o fuerza de trabajo(como en la postguerra), a inversiones fuertes en capital, ya no tanto en activos fijos, sino en especial en titulaciones, instrumentos de inversión monetaria e instrumentos derivados (i.e. Hedge Funds, CDS), permitido por los mecanismos de flexibilización cuantitativa, y la emisión masiva de capital inorgánico ficticio por parte de los entes bancarios centrales o por medio de prestidigitación financiera, con la conversión especulativa de pasivos a activos virtuales; y todo ello, con la esperanza de obtener mayores ganancias o utilidades en el menor tiempo posible, incluso instantáneamente por medio de algoritmos de alta frecuencia. En medio de una compleja maraña financiera, las ganancias fueron gigantescas, y las cuales ya no requerían del sistema productivo real, de la producción de mercancías y mucho menos de la fuerza de trabajo de millones de millones de obreros, que se volvieron prescindibles para este tipo de capitalismo fiduciario.
Esto es precisamente lo que ha sucedido con la economía mundial, a partir de un ciclo del estallido de burbujas financieras especulativas, como lo fue la burbuja inmobiliaria en oriente (los ex dragones, tigres y demás entes de la mitología capitalista), la burbuja del Punto-Com y finalmente el estallido de la burbuja de las hipotecas subprime, ponen en evidencia, que el sistema económico se desplazó de inversiones fuertes en capital variable o fuerza de trabajo(como en la postguerra), a inversiones fuertes en capital, ya no tanto en activos fijos, sino en especial en titulaciones, instrumentos de inversión monetaria e instrumentos derivados (i.e. Hedge Funds, CDS), permitido por los mecanismos de flexibilización cuantitativa, y la emisión masiva de capital inorgánico ficticio por parte de los entes bancarios centrales o por medio de prestidigitación financiera, con la conversión especulativa de pasivos a activos virtuales; y todo ello, con la esperanza de obtener mayores ganancias o utilidades en el menor tiempo posible, incluso instantáneamente por medio de algoritmos de alta frecuencia. En medio de una compleja maraña financiera, las ganancias fueron gigantescas, y las cuales ya no requerían del sistema productivo real, de la producción de mercancías y mucho menos de la fuerza de trabajo de millones de millones de obreros, que se volvieron prescindibles para este tipo de capitalismo fiduciario.
Pasaron a un segundo, tercer, cuarto o quinto plano, las
necesidades materiales reales de las poblaciones y la factibilidad
productiva, basada en trabajo, en obreros, en campesinos, en labradores,
etc., y se optó por el camino corto de sostener la economía en
valores fiduciarios, en capital inorgánico, en titulaciones e
instrumentos derivados. Esto convirtió la economía mundial en un
castillo de naipes perverso, que con un pequeño viento, se ha venido
abajo, teniendo consecuencias humanas lesivas, desempleo y desahucios
masivos, pérdida total de sistemas de pensiones o de los recursos de
los ahorrantes, pauperización, pobreza, miseria, hambre y suicidios por
miles. Y lo paradójico, es que las grandes autoridades de la economía "laissez faire", dominante
en el mundo globalizado, y proveniente de las academias universitarias,
cuya expresión conspicua ha sido la Universidad de Harvard, nunca
comprendieron esto, y basados en ficciones de escritorio, o en errores,
que son más bien horrores como el error Reinhart-Rogoff, han
castigado a las víctimas de tal hecatombe financiera, con planes de
austeridad, aun más destructivos del sector trabajo, de la fuerza de
trabajo, del capital variable, lanzando a millones al desempleo masivo
(EE.UU. con más de 22 millones y la U.E. con más de 26 millones de
desempleados). Es decir, se ha triturado al sector trabajo, y por ende,
lo que no deja lugar a dudas, que el sistema capitalista "laissez faire", adelantó su colapso total en muchas décadas.
Pero
la cuestión siempre ha sido simple, no se requiere elocubraciones
formales complejas de putativos Premios Nobel de Economía burguesa, es
decir, entre menos empleos (más desempleo) hay menos plusvalores y menos
consumo, y por ende se da una caída en la tasa media de ganancia entre
los agentes productivos, lo que deriva en descapitalización e
insolvencia del sector capital, y es cuando viene entonces, una crisis
de sobreproducción, que lleva a bancarrotas de agentes productivos
(economía real) masivamente, genera más desempleo, más déficit fiscal y
finalmente, en una espiral viciosa, se traduce en una crisis sistémica.
Queda en evidencia lo que explicó Marx del sistema capitalista,
es decir, que la fuente de la ganancia es la explotación de mano de
obra, del capital variable, en vez del capital fijo per se. En el
sentido original marxista, el capital o riqueza, se sustenta en trabajo
acumulado y esa acumulación, sólo es posible por medio de plusvalores,
de plusvalía, y la tasa de plusvalía, queda determinada en función del
capital variable, de la fuerza de trabajo. Detrás de toda la riqueza
acumulada de los capitalistas, se deriva de la tasa plusvalía, que se
calcula por medio de los plusvalores obtenidos, ganancias o utilidades
por el capital dinerario invertido en capital variable o fuerza de
trabajo. La mercadotecnia oculta cómo los capitalistas obtienen sus
ganancias en el proceso productivo de las mercancías, pone un velo sobre
la fuerza de trabajo acumulada, detrás de cada producto y detrás de
cada ganancia o utilidad al final del proceso productivo. Pero esto no
sólo se encuentra en la mercadotecnia final, sino que se encuentra en el
núcleo duro de las teorías económicas burguesas, es decir, se ha
pretendido sacar de sus núcleos explicativos, el carácter fundamental de
fuerza de trabajo requerida dentro de un sistema económico,
convirtiéndola en variables dependientes dentro de sistemas matriciales
de entradas y salidas; por lo que la producción de plusvalores a partir
de explotación laboral, queda reducida a "externalidades" del sistema, o a problemas éticos, no "científicos".
Pero si se vuelve a los fundamentos empíricos, es posible calcular la
curva obtenida en el diferencial de trabajo total (DT) por un
diferencial de tiempo (dt), es decir: FT = DT*dt. Y esto devuelve al
análisis de los distintos tipos de plusvalías posibles dentro del
proceso productivo, que dio cuenta Marx, y sin lo cual, todo el proceso
productivo capitalista, no podría ser explicado.
La
teoría marxista ha hecho entonces, tanto explicaciones, como
predicciones, que no sólo han resultado ser empíricamente correctas,
sino que al mismo tiempo dejan en evidencia como la fetichización de la
producción de mercancías dentro del sistema capitalista, oculta de
manera alienada, la explotación/plusvalía de los trabajadores, y que por
ende se encuentra muy lejos que pueda ser considerada como un sesgo
ético-ideológico de K.H. Marx, tal y como lo consideró el economista
burgués Paul Samuelson.
Fuentes:
- *Reinhart, Carmen and Kenneth Rogoff Growth in a Time of Debt http://bit.ly/13J7r2V
- *Reinhart-Rogoff Response to Critique - Real Time Economics - WSJ http://on.wsj.com/13pKzSe
- *“Reinhart and Rogoff's Second Response To Critique Of Their Research” http://huff.to/13J8jEO
- *Herndon, Thomas, Michael Ash, Robert Pollin “Does High Public Debt Consistently Stifle Economic Growth? A Critique of Reinhart and Rogoff http://bit.ly/ZeWG53
- * Pollin, Robert and Michael Ash Austerity after Reinhart and Rogoff http://on.ft.com/XZ66mv
- * Krugmanm, Paul. Holy Coding Error, Batman - NYTimes.com http://nyti.ms/13pDFwc
- *Konczal, Mike. Shocking Paper Claims That Microsoft Excel Coding Error Is Behind The Reinhart-Rogoff Study On Debt http://read.bi/17cLo2W
- *Konczal, Mike: “Un impactante artículo muestra que un error de transcripción de datos usando Microsoft Excel está detrás de los resultados del estudio Reinhart-Rogoff sobre deuda pública.” http://bit.ly/11d4Sk2
- *How to avoid making an Excel mistake like Rogoff and Reinhart http://qz.com/75119
Keiser Report en español. El fracaso del capitalismo (E434)
En
este episodio, Max y Stacy hablan de la metida de pata de Reinhart y
Rogoff, la correlación y la causalidad, y el bono que representa
la venta del oro para los banqueros centrales agitadores, que ahora
sostienen que "la hiperinflación ya no es una amenaza".
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