viernes, abril 25, 2008

Heridas sangrantes, venas cicatrizadas y nuevas esperanzas en el continente latinoamericano



1.0. Heridad sangrantes

La globalización neoliberal monetarista impuesta durante los años 90´s, agudizó los profundos dramas de Latinoamérica
, donde los escenarios de pobreza y miseria resultaron algo cotidiano

niños que viven en la calle, ancianos que mendigan, familias que comen de la basura y profesionales que manejan taxis; casi 91 millones de personas se convirtieron en pobres en el contexto de esta globalización y en total, 226 millones de individuos llegaron a vivir con menos de dos dólares al día en América Latina. Asimismo, 23 millones de latinoamericanos dejaron de ser de clase media para pasar a ser pobres en los últimos años en la región, según cifras de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), dependiente de la ONU. En 2003, el desempleo promedio en América Latina alcanzó su peor nivel histórico al ubicarse en 10,7% y en muchos países de la región superó el 20% de la población.
Según informes del PNUD el 10 % del segmento más rico recibe un ingreso medio 20 veces superior al que recibe el 40% más pobre en América Latina, y que esta inequidad social también es señalada como una de las causas del aumento de la violencia, una gran preocupación para las sociedades latinoamericanas.

La organización no gubernamental Casa Alianza ha señalado que de cada tres niños, uno tiene hambre y el 60% es pobre en América Latina, unos 40 millones de niños viven o trabajan en la calle en América Latina. 








Los encargados del área de desarrollo social del BID, han señalado que la desnutrición en los menores de cinco años causa déficit en el desarrollo intelectual, afecciones respiratorias agudas, enfermedades infecciosas en general y puede culminar con casos de muerte y como consecuencia de esa situación, cada año unos 190,000 niños latinoamericanos fallecen por males ligados a la pobreza que podrían ser prevenidos.


Por otra parte, según el Reporte del Banco Mundial: Pobreza y crecimiento en América Latina y el Caribe(2006), señalaba que: en América Latina el PIB per cápita se contrajo un 0,7% en los años 80 y sólo creció un 1,5% en los noventa, sin registrar ningún cambio en el nivel de pobreza, alrededor del 25% de los habitantes de América Latina vive con menos de U$ 2 al día, la pobreza tiene un efecto negativo y de gran importancia sobre el crecimiento y también es un factor significativo en materia económica.






En promedio, un aumento de 10% en la pobreza reduce el crecimiento anual en 1 punto porcentual, con excepción de África al Sur del Sahara, América Latina y el Caribe es la región que presenta mayor desigualdad, la comparación entre regiones al interior de los países revela diferencias asombrosas en los niveles de prosperidad, un jefe de familia típico requiere al menos de un certificado de educación secundaria para alterar de manera importante el nivel de pobreza, los títulos universitarios benefician más a los ricos que a los pobres, los niños y jóvenes del 20% de las familias más pobres enfrentan mayor riesgo de fracaso escolar en comparación con aquellos provenientes de familias de clase media, los trabajadores asalariados que laboran en la economía informal y aquellos que trabajan por cuenta propia representan entre 25% y 70% de los empleos en los países de la región.











El Capitalismo Neoliberal del Siglo XXI - (1/4)













El Capitalismo Neoliberal del Siglo XXI - (2/4)













El Capitalismo Neoliberal del Siglo XXI - (3/4)













El Capitalismo Neoliberal del Siglo XXI - (4/4)


2.0 Venas cicatrizadas y nuevas esperanzas
El deshumanizado neoliberalismo monetarista que se aplicó despiadadamente en Latinoamérica, propició que las empobrecidas y pauperizadas poblaciones reaccionaran desesperadamente a favor de las propuestas socialistas. La entrada en la escena política de las "nuevas izquierdas" por medio del voto popular en contextos democráticos en Latinoamérica, muestra el completo rechazo a las economías monetaristas sin rostro humano.
El caso más explícito ha sido la propuesta del "Socialismo del siglo XXI" de Hugo Chávez en Venezuela. Ya desde 1999, Chávez ha impulsado lo que llama una "revolución bolivariana" y con el argumento de defender a las clases populares y los campesinos, y en este contexto promulgó la: "Ley de Tierras", con el objetivo que los campesinos tengan tierras suficientes para sembrar y recursos para desarrollar una verdadera revolución agraria, declarando "tierras públicas", y en su mayoría ociosas, a unas 110 mil hectáreas privadas, y otorgó el derecho de permanencia a los campesinos allí establecidos.Adicional a esto y a pesar de intensas campañas por los medios de prensa internacionales y de intensas campañas especulativas de diversas transnacionales de alimentos por desabastecer el mercado alimentario, en Venezuela, la pobreza ha disminuido debido a las reformas estructurales realizadas por el Gobierno que han permitido mayores ingresos al Estado, con una notable expansión de los servicios públicos como: sanidad, educación y transferencias públicas, que han reducido notablemente la pobreza.

Según un serio estudio: "Poverty Rates in Venezuela:Getting the Numbers Right", por parte de los economistas: Mark Weisbrot, Luis Sandoval y David Rosnick para el renombrado "Center for Economic and Publicy Research" de Washington DC, en torno al la problemática de la pobreza, se demostró que en Venezuela ha disminuido la pobreza en cinco puntos porcentuales entre 1999 y 2005. No obstante, el descenso de la pobreza es probablemente incluso más acentuado que lo que indican estas cifras, pues éstas consideran la renta familiar o individual, sin incluir los beneficios adquiridos y consumidos como consecuencia de la extensión de los servicios públicos (tales como los servicios sanitarios y educativos), y de la provisión de alimentos que han beneficiado claramente a los grupos más vulnerables. Así, el 54% de la población recibe alimentos subvencionados por el Estado, entre otras prestaciones. Según el informe en cuestión, si se incorporaran estos beneficios en el cálculo de la renta familiar, la pobreza en Venezuela durante la administración de Hugo Chávez habría disminuido mas bien un 35,8%.
La lucha contra el desempleo también ha dado sus frutos en la administración de Hugo Chávez. Para el 2008, la tasa de desempleo en Venezuela se ubicó en 7,9% en abril, un 0,9% por debajo del 8,8% que registró en el mismo mes de 2007, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Venezuela. En este mismo sentido, el INE informó que los resultados en materia laboral de abril pasado "manifiestan la tendencia de que para finales del 2008 el Gobierno Bolivariano habrá disminuido de manera considerable el nivel de desempleo, con una tendencia alrededor del 6%".
Esta disminución de la tasa de desempleo y el aumento en la inflación, parecieran revivir las tesis económicas de Keynes, que se orientaban a la intervención estatal con el propósito del lograr un óptimo empleo pleno, pero que de acuerdo a la proporción inversa entre tasas de inflación y tasas de empleo/desempleo, planteada por la curva de Phillips, eso implicaría que para lograr el bienestar social, se requiere administrar eficientemente las respectivas tasas de inflación derivadas.
Venezuela enfrenta una alta tasa de inflación, en buena medida causada por una parte por la abundancia monetaria a partir de una entrada inédita de petrodólares y por otra por la fuerte inversión monetaria en la implementación de las políticas públicas. Entonces los ideólogos neoliberales del fundamentalismo de mercado, se rasgan las vestiduras, pretendiendo que los indicadores de inflación le generarán una crisis financiera, que desestabilice el gobierno socialista de Hugo Chávez.
Pero el esquema rígido neoliberal no permite pensar en otros esquemas económicos que aquellos que propician la acumulación de grandes capitales en pequeños sectores. La inflación es perjudicial, no en sí misma, sino sino por el contexto socioeconómico en la que se suscita; como son los casos si esta viene acompañada de un crecimiento económico negativo o un decrecimiento económico y de una pérdida del poder adquisitivo de la población en general. Pero en Venezuela esto no está no ha sucedido, pues ha mostrado tasas de 10 % de crecimiento económico anual, que lo desearían los neoliberales propiciadores del NAFTA de EE.UU. o México. Para el 2008, se los indicadores muestran un rezago o estancamiento en el crecimiento económico, por lo que el presidente Hugo Chávez ha propulsado una inyección de US $ 1000 millones para reactivar el sector productivo en el plazo de un año, lo que ningún otro país en Latinoamérica podría o aceptaría hacer.
Por otra parte los logros socioeconómicos venezolanos son evidentes, a pesar que los grandes medios de la gran prensa internacional de distintas regiones del mundo y que defienden los grandes intereses plutocráticos de los grandes oligopolios transnacionales, intenten ocultarlo y desvirtuarlo. Las políticas públicas socialistas del Estado venezolano, han incrementado los salarios, han aumentado el empleo, han dado tierras de cultivo a los pequeños agricultores, han disminuido la pobreza, han subvencionando los alimentos a las clases más vulnerables, han brindado servicios de salud y educación gratuitos y han invertido los réditos petroleros en desarrollo rural (-sembrar petróleo-). Entonces la brecha entre los índices de precios al consumidor y el acceso real a los productos de la canasta básica de la población en general, en este contexto socioeconómico se acorta significativamente, por lo que un pobre en Venezuela tiene acceso a un cúmulo de condiciones sociales, que un pobre en México le resulta imposible de acceder, aun cuando ambas son potencias petroleras y México unos 20 años prometía un futuro económico mucho mejor que el de Venezuela.









Por su parte, el presidente boliviano Evo Morales promulgó a finales del 2006 la reforma a la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria, promulgada en 1953. Morales determinó igualmente la entrega de títulos de propiedad a las mujeres, decidido que la mujer también tiene derecho a recoger su título ejecutorial. Además, el gobierno boliviano ha buscado fortalecer el lazo entre las partes interesadas rurales y urbanas y pequeñas, medianas / grandes empresas para crear un desarrollo económico de amplias bases, especialmente aquellas con el potencial de crear empleos y mejorar el ingreso de los estratos más pobres contemplando un mejoramiento en la eficiencia de los gastos públicos para las áreas más pobres.

Otras reivindicaciones socialistas han comenzado a mostrar sus frutos, como lo evidencia el programa Bolsa Familia del Gobierno brasileño, que da a las familias más pobres una pequeña asignación mensual. El programa y el aumento de la renta de los trabajadores ha permitido que en 2004 el índice Gini de desigualdad tuviera su menor nivel en 23 años, aun cuando estas políticas incidan negativamente sobre un aumento del PIB a corto plazo, inciden sobre la distributividad y por ende en la disminución de la pobreza, que a mediano plazo incidirá sobre el crecimiento económico.
Ante la crisis actual del neoliberalismo monetarista mundial, ante el cinismo y engaños permanentes de diversos líderes políticos del mundo, hay un grito desesperado de cambio que permea a muy diversas regiones en todo el mundo, un grito por la equidad y los derechos económicos fundamentales, como exigencia propia de la dignidad de todos los humanos en tanto seres humanos. Y no se trata solo de los latinoamericanos, pues el grito de cambio ha permeado la misma población empobrecida de los EE.UU., que está apostando por el cambio, como lo muestra el "fenómeno Obama".

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