lunes, junio 08, 2009

Costa Rica en recesión: Contracción económica proyectada aumenta a: - 4.10 % (según EIU)

Nuevas proyecciones
de contracción económica para el 2009:

CEPAL: -3.0 %(revisado en Julio)

Banco Central de Costa Rica: -1.8%

The Economist (EIU): - 4.10 %.
Según CEPAL la recesión afectará principalmente
a economías abiertas:
las centroamericanas(CAFTA)
y en norteamérica (NAFTA).



Costa Rica:
primer país del CAFTA en recesión, y
una de las peores recesiones en América Latina.

Proyección de tasa monetaria de cambio:
¢637.10 por US $ 1.00


Desempleo superará el 8,5%
(50000 nuevos desempleados en un año).

El fantasma de la pobreza y la miseria,
recorren los hogares de cientos de miles de costarricenses
.


Caída en picada de los ingresos públicos totales:
-8,5% entre enero y abril.

Caída en picada en los ingresos aduaneros: -21%.

Déficit en Cuenta Corriente:
US $ -5,698,000,000
(2008, The World Factbook, CIA).

De vuelta al FMI y al BM: Los victimarios contraatacan:
líneas de créditos por un total de
US $ 1.235 000 000 de dólares,
para cubrir el déficit.

Un déficit fiscal de US $ 220 000 000,
y creciendo aceleradamente,
intenta ser resuelto con
el aumento endeudamiento externo
para sostener gastos públicos ordinarios,
y que pone en riesgo las calificaciones financieras
de las empresas nacionales.

Cuando menos se duplicará el ritmo de desempleo,
en el 2009, según la OIT.

Familias ahogadas en deudas
y reduciendo el consumo alimenticio básico.

El plan escudo se desploma
y muestra su farsa.

Depredación salarial de las clases obreras
por parte del contubernio
de los sectores político-empresariales.

El sector financiero privado acude al gobierno por ayuda.

Se le retornan US
$ 10 000000 al BCIE,
por parte del erario público,
que fueron erogados en prebendas políticas,
en la campaña a favor del TLC.

Nueva alzada en los precios del petróleo
y de otras materias primas,
auguran un agresivo ciclo inflacionario.

Costa Rica en la picota: "Maldita sea la patria falsa"


Se desploma el aparente crecimiento económico que la nación costarricense había venido ostentando, y como el cuento de "El traje del emperador", la crisis mundial deja al desnudo la economía tica, mostrando que tal traje de "progreso económico" era sencillamente ficticio, y que la ostentación del nivel de vida de diversos sectores de la población costarricense ha sido fatua, sostenida tan solo sobre la apariencia. Por el momento, el éxito social en este contexto ficticio, privilegiaba a los anillos enraizados institucionalmente de grupos que hacían gala de una mediocridad superlativa y prácticas corruptas socialmente naturalizadas, como a políticos genuflexos, quiénes son la máxima expresión de la ligereza promiscua con la que muchos ticos y ticas han encontrado como solución a sus pretensiones pecuniarias.

Esta es una dinámica social ligera y de prácticas alevosamente corruptas, -sostenidas como modus vivendi de algunos de los representantes de la plutocracia costarricense, y las cuales han permeado los más diversos sectores de la población costarricense-, que se encuentran en un momento crítico; pues las coyunturas económicas actuales, pueden derrumbar estrepitosamente las estructuras del estado burgués costarricense, que se sostenían artificiosamente. Así pues, por una parte un déficit en cuenta corriente descomunal y cuidadosamente encubierto por sus gobernantes, con tal de seguir endeudando a la nación, y así poder sostener su tráfico de influencias, a la vez que propulsan sus amañadas prácticas electoreras, cuyo pilar fundamental ha sido un descarado clientelismo político. Estas prácticas han permitido la instauración de una arrogante e impune clase cleptocrática.
La expresión superlativa de estos anillos cleptocráticos costarricenses, fue la danza del becerro de oro en que se convirtió la campaña a favor de la aprobación del TLC (CAFTA), habiendo sido un lujurioso carnaval de financiamientos espurios, en el contexto de una verdadera lucha de clases, con las que se buscó aplastar a la clase obrera y reprimir así su grito popular, que se negaba a aceptar las exigencias impositivas de la firma de este Tratado de Libre Comercio con EE.UU., en tanto que se trataba de un gigantesco caballo de Troya, que en sus macabras entrañas, no tenía nada de libre ni de comercio, sino que traía un plan fraguado con alevosía, nocturnidad y premeditación, por un contubernio entre grupos plutocráticos costarricenses y diversos oligopolios transnacionales; que tenían como consigna fundamental, desmantelar los vestigios del estado de bienestar social forjado en Costa Rica con mucho esfuerzo en el siglo XX. La aprobación de este tratado, por medio de las más diversas matrafulas jurídicas y legislativas, transformó la estructura jurídica, económica y social del Estado costarricense; en detrimento del pueblo costarricense, favoreciendo así, a los sectores plutocráticos y a los oligopolios transnacionales, de manera prácticamente irreversible; a no ser que por condiciones políticas excepcionales, como las acontecidas en 1948, se desarme desde sus cimientos, la actual estructura de este tipo de "estado de derecho burgués".
Las cantidades de dinero que fluyeron, en este carnaval de prebendas y compra de conciencias, son sencillamente inconmensurables. El encubrimiento de estas orgías cleptocráticas, ha sido propiciada por un burdas estrategias de alienación, que son planificadas alevosamente por los estrategas de los medios de comunicación, que construyen un muro mediático, con tal de mantener en un estado de enajenación, al grueso de los ciudadanos(as) costarricenses, que son reducidos a obreros explotados y consumidores conspicuos. Este consumismo conspicuo, se construye en un proceso de socialización, que es promovido por los estilos ostentosos de vida de ciertos sectores sociales y que alcanzan una amplia resonancia por los aparatos de alienación mediática. Se propicia entonces el consumo compulsivo por imitación y con ello poder equiparase con los niveles de ostentación consumista de los otros. Es precisamente este fenómeno social, donde se ha manifestado el consumismo conspicuo como una válvula de escape para amplios sectores de la población costarricense, al sentirse excluidos de las grandes fantasías que promete el marketing y la publicidad, y que a su vez, permite el tornillo sin fin del ciclo de: "consumo / despilfarro / desecho", como instrumentación alevosamente planificada para satisfacer la voracidad de los diversos agentes dominantes del capitalismo oligopólico.

Pero ha sido entonces un consumismo ficticio, sostenido con base en créditos insostenibles, por lo que ha llegado la hora en que se ahogan en deudas, que ya tienen unos 400 000 000000 de colones de deudas en tarjetas de crédito y cada vez, son más las familias que quedan reducidas a la insolvencia.
No obstante, debe considerarse que este consumismo conspicuo, es propiciado por la ruptura de la cohesión social, a partir de la fetichización de las mercancías. Los individuos entonces, se relacionan socialmente, tan solo en función de las mercancías y que por ende se han transformado en fetiches.En este sentido las personas son rebajadas a mercancías y las mercancías adquieren un estatus de mayor valía que las personas. Este tipo de ruptura de la cohesión social, conlleva a los individuos a estar sujetos a procesos de alienación económica y que imposibilita la emancipación de los obreros de su condición de explotados y consumidores conspicuos. (-cualquier intento de defensa gremial o sindical de derechos laborales, es anatemizada ad portas, por los ideólogos y diversos representantes de los sectores plutocráticos-).

Esta ruptura de la cohesión social, del desmembramiento del sutil entramado de las relaciones sociales fundamentales, sobre las que se construye las cualidades básicas de la naturaleza humana; y su derivada fetichización de la mercancía, que se reifica (cosifica) el valor del ser humano y las relaciones humanas, reduciéndolas a relaciones mercantiles, cayendo estas por debajo del valor monetario y de las relaciones monetarias, por ende, obtener dinero y mercancías es el fin, y las cualidades de los medios para lograr tal fin, resultan irrelevantes en este contexto, incluso si se tiene que pasar por encima
del dolor humano y de la vida de otras personas.Y esta es "la guerra de todos contra contra todos"(-Bellum omnium contra omnes-, T. Hobbes), que se da en todos los niveles de la sociedad costarricense, empezando por la criminalidad en las calles (-hecho muy conveniente, para proteger los intereses pecuniarios de los diversos sectores plutocráticos, pues así la tensión social y las frustraciones individuales, se canalizan de manera no consciente y por medio de la violencia, entre los mismas relaciones sociales presentes en estratos bajos y medios de la población y evitándose así que esta tensión se traduzca en una lucha de clases, tal que la violencia de los grupos pauperizados se oriente consciente y organizadamente contra los grupos política y económicamente dominantes.-). Entonces el nivel de criminalidad inicia en las calles y continúa con los sobornos descarados en los cinco poderes de la República como los que se evidenciaron en la campaña a favor de la aprobación del CAFTA, luego las descarnadas y sucias luchas por el poder político, para que con todo ello mantener así vigente, una oclocracia con antifaz de democracia. Entonces la violencia en las calles no es una causa, es el efecto de la sustentación del "status quo" de las estructuras y prácticas político-económicas por medio de actuaciones intrínsecamente corruptas, sostenidas alevosamente por los anillos oclocráticos de unos reducidos grupos de entronados plutócratas. El aumento de la violencia en Costa Rica, no debería ser buscado en las calles o en los barrios marginales, en tanto es posible hallarla en el "modus vivendi" de los "cacos de cuello blanco", que se encuentran principalmente relacionados con los distintos poderes de la República, y que con desenfadado cinismo son los sustentatarios de un "status quo", que les garantiza una procaz vida de privilegios, a costa del dolor humano del grueso de la población costarricense.La sustentación de los más diversos privilegios de unos grupúsculos que tienen acceso al poder político y económico, se posibilita por medio de las más diversas estrategias de alienación colectiva, alevosamente planificadas por parte de los ideólogos de estos grupúsculos, apelando a los recursos de la más baja estirpe que puedan ser imaginados, permitiendo fomentar compulsivamente la masificación de la estulticia y exaltar los más bajos instintos de la especie humana. Todo ello, con tal de ocultar las matrafulas que se tejen en los entretelones de las entidades políticas y financieras; y con tal de mantener así sus garras en el poder gubernamental, por medio de sofisticadas y caras maquinarias electoreras, que encuentran su sustento en un clientelismo político superlativo y descarado. Un secreto a voces, es que el poder gubernamental inyecta recursos públicos, del mismo explotado y empobrecido pueblo costarricense, para utilizarlo en promover por medio de estas caras maquinarias electoras, al próximo(a) títere de turno en el poder político. Una vez obtenido el poder gubernamental, se procede a reproducir sistemáticamente los patrones sustentatarios de este tipo de ensamblaje político, por medio de los órganos ideológicos del mismo estado costarricense, como lo es el sistema educativo estatal, sesgadamente sustentatario de las creencias burguesas; como por medio de los órganos de coerción e intimidación con que cuenta el gobierno, desde las estructuras policiales deliberadamente organizadas para reprimir revueltas, por parte del Ministerio de Seguridad, hasta la DIS, que es la policía política al servicio de los intereses poco transparentes del nepocrático dúo de los hermanos Arias. A esto se añade los procesos de alienación colectiva propiciados por los diversos tipos de religiones, que son reproductores de una ideología de las clases dominantes y son replicadas con amplia resonancia en los medios de comunicación de masas. Esta alienación se traduce en mecanismos de evasión de la propia y cruenta realidad, por medio de las más diversas ficciones, como: fanatismos religiosos, agresiones físicas y verbales en las "barras" de los equipos de fútbol, los juegos de azar, el consumismo conspicuo, la violencia intrafamiliar, las relaciones sociales violentas, el consumo de sustancias tóxicas, que se traducen en diversos fenómenos, como una permanente "cultura del guaro", que conlleva a miles de muertes en las calles por accidentes de tránsito. Todo estos fenómenos dan cuenta de la pobre y miserable vida cotidiana y alienada de un tico promedio.

Tal alienación colectiva, propicia que los políticos, títeres de poderosos sectores plutocráticos, han convertido a Costa Rica en un prostíbulo fiscal, a la vez que en la Tailandia del traspatio gringo. Una prueba evidente de ello, ha quedado manifiesto con que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), considera a Costa Rica, como paraíso fiscal, y que ni más ni menos, se encuentra entre los cuatro más significativos de su lista negra.
La OCDE ha estimado cuatro criterios para definir un paraíso fiscal: impuestos insignificantes o inexistentes, ausencia de transparencia en el régimen fiscal, carencia de intercambio de información fiscal con otros Estados y el hecho de atraer a empresas fantasmas que desempeñan una actividad ficticia. No obstante, la OCDE, ante el compromiso de adoptar los estándares internacionales, ha pasado a Costa Rica a la lista gris de los paraísos fiscales.--








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Pero este es un compromiso cosmético y que no resuelve la anomalía fiscal presente en la legislación costarricense, que ha permitido el enraizamiento de anillos financieros oscuros de incierta procedencia, que permite el lavado de dólares, que permite la evasión fiscal nacional e internacional, que permite controles grises de las actividades de los medios de comunicación, de la compra de megacomplejos turísticos y de megaempresas, y que por medio de la compra de conciencias permite el tráfico de influencias, que garantiza a los sectores plutocráticos el flujo y acumulación de capitales de manera irrestricta.

Así que la realidad concreta de paraíso o prostíbulo fiscal no ha cambiado, y se ve muy lejos que una legislación la pueda cambiar a corto o mediano plazo, pues conociendo los antecedentes, de cómo se ejercen en Costa Rica los más diversos tráficos de influencias de oscuras procedencias, y cómo los grupos plutocráticos nacionales presionan a los poderes como el ejecutivo y legislativo e incluso el judicial, acudiendo para ello de manera abierta a los medios de prensa; se puede prever que van a tratar de impedir una legislación que regularice una política fiscal fuerte y agresiva, a mediano y largo plazo.
Basta citar un caso como muestra, y han sido los infructuosos esfuerzos realizados por años, para normar y regular legislativamente los múltiples negocios de casinos físicos y virtuales, y todos los "negocios" conexos; en tanto que han existido sectores legislativos, como el Movimiento Libertario de Costa Rica, representante de los grupos más adinerados del país, que bajo presupuestos de la libertad de empresa, han impedido su regulación a cualquier costo. A pesar del maquillaje de honorabilidad fiscal del nepocrático dúo de los Arias, al final de cuentas, se descubre que: "poderoso caballero es don dinero", y se liberan las mínimas exigencias que se habían impuesto a los gigantescos garitos que han inundado el país, para que lucren a la libre.

Estas imposiciones de grupos plutocráticos nacionales o internacionales que pueden impedir la optimización de las políticas fiscales que requiere el Estado costarricense, ha sido una tradición en la historia costarricense no oficial, que no pudo ser revertido ni por Alfredo González Flores a inicios del siglo XX, sufriendo un golpe de Estado por parte del nepocrático dúo de los hermanos Tinoco, cuando intentó llevarla a cabo; ni por José Figueres Ferrer cuyas pretensiones fiscales fueron traicionadas por los constituyentes de 1949. La procacidad de los sectores plutocráticos y sus títeres políticos se manifestó abiertamente al hacer fracasar el plan de reforma fiscal, que propuso Abel Pacheco; quijotada que le consumió de manera infructuosa toda su administración, que llevó más de tres años en discusión legislativa, recibió la aprobación en primer debate, pero que finalmente terminó siendo declarada como "inconstitucional" por la Sala Constitucional. A pesar de las necesidades del fisco costarricense, este plan puede ser considerado como modesto, pues lo que pretendía era recaudar US $ 400 000000 anuales para ser utilizados en financiar el déficit del sector público, pero las presiones del contubernio plutocrático - político, no lo permitieron. Ni mucho menos podía haberse logrado por el tímido intento de una reforma tributaria que hizo Oscar Arias Sánchez, y que diversos representantes de estos grupos, al evidenciar que podía alejarse de lo estipulado en sus partituras, se lo han hecho pagar con creces hasta tenerlo de rodillas y evitar que pudiese llevar al congreso un proyecto legislativo de ajuste fiscal.Entonces, difícilmente Costa Rica escapará de ser etiquetado como paraíso fiscal, por muy indignante que aparezca ante los ojos del mundo y muy en particular de la OCDE, cuyos líderes han considerado que es fundamental para que cualquier nación pueda salir avante, se requiere entonces una política fiscal agresiva. En este contexto, el promedio de impuestos ha subido aproximadamente 20% desde la década de los setenta, en donde las tasas eran menores al 30%. Los impuestos tienen un evidente impacto sobre el crecimiento y prosperidad de un país, como se demuestra por medio de los niveles de desarrollo social, en aquellos países con los impuestos más altos del grupo: Dinamarca (48,9%) y Suecia (48,2%), que indefectiblemente han tenido buenos resultados, con todo y que es una recaudación de aproximadamente la mitad del PIB (esto significa que el gobierno se queda con aproximadamente la mitad de todo el valor generado en la economía). Así que como dice el refrán popular, "aunque la mona se vista de seda mona se queda", es decir, "aunque Costa Rica se vista de seda gris, paraíso fiscal negro se queda".Con todo y que las autoridades políticas y los medios de prensa costarricenses se rasguen las vestiduras ante la incorporación de Costa Rica en la lista negra de paraísos fiscales por parte de la OCDE; en la práctica este ha sido el "modelo de desarrollo" costarricense, que es una adecuación tropicalizada de las doctrinas neoliberales estipuladas por medio del Consenso de Washington, y que por cerca treinta años, ha promulgado la farsa de su fundamentalismo de mercado, que ahora se cae a pedazos, y deja al descubierto sus carnes putrefactas, sustentadas en un afán de lucro descomunal, para acumular la riqueza en unos pequeños grupos de plutócratas por medio de sus anillos financieros, a costa de la miseria y del dolor humano de millones de personas alrededor de todo el mundo.

Ante la actual tormenta financiera, los neoliberales ticos callan, o dan explicaciones simplistas, o evasivas, cuando toda la economía mundial y la costarricense se derrumba, cuando se descubre que lo que han sostenido por décadas es una burda farsa, cuando se dan cuenta que han llevado al barranco al pueblo costarricense que se enfrenta a la insolvencia, a la pobreza y a la miseria, por la locura colectiva de unos pocos plutócratas y sus promiscuos técnicos e ideólogos.
Heine: "Ein Fluch dem falschen Vaterlande" (Maldita sea la patria falsa)
Cabe recordar, el bello poema de uno de los más excelsos poetas de la lengua alemana: Heinrich Heine en honor a los tejedores de Silesia, quienes en 1844 se unieron para protestar por sus salarios de miseria. El poema: "Los tejedores de Silesia", en un clamor de Heine, por medio del cual manifiesta un revolucionario desprecio a dios, al rey y a la patria; que entusiasmó tanto a Friedrich Engels, tal que lo tradujo al inglés. A continuación los tres de los versos del poema original, seguido a continuación de los mismos, en una versión castellana realizada por Manuel Sacristán Luzón:

Ein Fluch dem Gotte, zu dem wir gebeten

In Winterskälte und Hungersnöten;

Wir haben vergebens gehofft und geharrt -

Wir weben, wir weben!
--
Ein Fluch dem König, dem König der Reichen,

Den unser Elend nicht konnte erweichen

Der den letzten Groschen von uns erpreßt

Und uns wie Hunde erschiessen läßt -

Wir weben, wir weben!
--
Ein Fluch dem falschen Vaterlande,

Wir nur gedeihen Schmach und Schande,

Wo jede Blume früh geknickt,

Wo Fäulnis und Moder den Wurm erquickt -

Wir weben, wir weben!


Maldito el ídolo al que impetramos

En fríos de invierno y angustias de hambre,

En vano creímos y le miramos,

Nos ha vendido, nos ha engañado.

Tejemos, tejemos.


Maldito el rey, el rey de los ricos,

Que no ablandó nuestra miseria,

Que nos arranca lo que sudamos,

Que como perros nos manda matar.

Tejemos, tejemos.


Maldita sea la patria falsa,

Para nosotros humillación,

Siega temprana de toda flor,

Festín podrido de los gusanos.

Tejemos, tejemos

Die Schlesischen Weber, 1844
Los tejedores de Silesia, 1844.
Heinrich Heine, Alemania, 1797-1856


Costa Rica: ceguera colectiva frente al alevoso flujo de capitales
Las directrices de apertura financiera por parte de las políticas neoliberales, dejaron a la economía costarricense altamente expuesta a los flujos financieros especulativos de dimensiones globalizadas y con poco o ningún tipo de regulación. Ejemplo de ello fueron las fallidas inversiones inmobiliarias de Lehman Brothers en la provincia de Guanacaste, como un caso visible. Este tipo de políticas de aperturas desreguladas, fueron promovidos por intereses monetaristas, mercantilistas y comerciales, en un contubernio de sectores de la clase política, que han logrado y siguen logrando un procazmente descarado tráfico de influencias.

A partir de la crisis energética y económica en general de los años 70´s, en los sucesivos años 80´s, se buscó alevosamente un chivo expiatorio, que se convierta en el causante de los fantasmas económicos de la época como: la inflación y la estanflación; entonces se estipula arbitrariamente que el origen de todos los males económicos, ha sido la intervención gubernamental, los costos de la inversión en el sector público y las imposiciones fiscales que restringen la inversión privada; llegándose a la consideración que la toma de decisiones de las instancias gubernamentales necesariamente generan costos a los particulares y a la sociedad en su conjunto. Por lo tanto, existiría entonces, un costo de la toma de decisiones políticas, que en función de su optimización de los costos particulares y sociales, debe ser reducido a un sector mínimo que garantice su eficiencia. Es a partir de la estipulación de estos supuestos, que se fragua la falaciosa dicotomía entre un estado ineficiente y corrupto, y un libre mercado emprendedor y generador de desarrollo económico. Partiendo de los supuestos derivados de esta caricatura, de separar el estado del mercado, -como si el segundo no se encuentre siempre subsumido en el primero, por más transnacional que sean las grandes empresas u oligopolios del mercado-, se propone la desmantelación de la estructura del estado y de la inversión en el sector público, muy especialmente en los países periféricos.
La evidencia de la imposibilidad de separar política gubernamental de los mercados productivos y financieros, fue el simple hecho, que para lograr la expansión de los diversos agentes del mercado,
se requirieron el sustento de nuevos modelos políticos, como lo fueron el "thatcherismo" (Inglaterrra) y su derivado la "reaganomics "(EE.UU.) y con su engendro tropical: el decálogo neoliberal del Consenso de Washington, que permitieron la implantación de las tesis neoliberales alrededor del mundo, cuya expansión global, se convirtió en la doctrina sustentataria de la denominada globalización.
El contexto de esta visión fragmentada y fragmentaria, se fraguó la sombra de la teoría económica denominada como monetarismo, cuyo máximo exponente fue Milton Friedman, tal que sus teorías se convirtieron en un credo incuestionable del denominado neoliberalismo. No obstante, esto muestra las restricciones explicativas de la teoría monetarista, que es incapaz de dar cuenta integradamente tanto de las políticas del sector público (estado), como de los sectores dueños de los medios de producción (tierras, industrias, etc.) (capital), del sector de la fuerza laboral (trabajo asalariado), de las relaciones sociales de intercambio que fijan comparativamente los valores (cuantitativos) de cambio mercantil (mercado), pues las explicaciones monetaristas se reducen a relaciones entre las mercancías(-no entre las relaciones sociales de producción-) y la fijación de sus precios de mercado de las mismas se reducen a intersecciones matemáticas entre las curvas de la oferta y de la demanda(-que en el contexto histórico de la crisis actual del capitalismo financiero especulativo, son más los casos excepcionales que los que confirman esta supuesta ley-), y de ahí surge la dicotomía: estado-mercado, y esta fragmentación se da por la incapacidad de explicar ambos como subsumidos en tipos particulares de relaciones y modos de producción históricamente condicionados y temporales.
Aun así, el monetarismo y su visión fragmentaria de la sociedad y del ser humano, se impone como doctrina económica dominante, y se enmarca en un clima de exacerbación ideológica signado por "el retorno de la ortodoxia", es decir, la reimplantación de principios y políticas como las que habían ocasionado el derrumbe de 1929: liberalización de los movimientos de capitales, desregulación de los mercados financieros, y adopción de tasas de cambio fluctuantes. Si bien en el período 1983-90 la expansión del comercio internacional fue muy fuerte aquélla no llegó a superar los registros del período keynesiano previo.
Como punta de lanza del fundamentalismo de mercado de las tesis monetaristas, el FMI emprendió una cruzada para obligar a sus miembros a aplicar la convertibilidad de la cuenta de capital, y como retaguardia de esta "intifada antiregulatoria" fueron las iniciativas de la OMC, la OCDE y las autoridades financieras de Estados Unidos y el Reino Unido que, se encontraban en un evidente contubernio con los gigantes de Wall Street y del centro financiero de Londres; lo que permitió imponer la liberalización del capital promoviendo la convertibilidad de la cuenta de capital a cualquier costo, sin importar los peligros potenciales que entrañaba. El FMI no negoció, sino impuso la revisión de su mandato a efectos de imponer la apertura de la cuenta de capital como condición para ser miembro del mismo.
Estableció condicionantes que distan mucho de la negociación o de un consenso democrático e implantó sus normativas de manera dictatorial, tal que las jurisdicciones de la institución se convirtieron en vinculantes para los estados miembros del FMI, -y por lo tanto las materias estipuladas estaban sujetas a sanciones de carácter legal-; mostrando que el FMI tuvo la misma jurisdicción sobre la cuenta de capital de sus miembros que la que tiene sobre su cuenta corriente.

Esto significó de facto, que el FMI supervisó y aprobó cualquier restricción a la cuenta de capital.
El FMI y los otros organismos justificaron esta "intifada antiregulatoria", bajo el supuesto "a priori" que los controles al capital alimentaban la asignación desacertada a largo plazo del capital en todo el mundo y protegen sistemas financieros inseguros de conmociones saludables u otros mecanismos correctivos.


El sector especulativo financiero de EE.UU. e Inglaterra, construyó así las bases del descalabro financiero globalizado, cuando por medio de las imposiciones de los organismos financieros internacionales, estableció las siguientes condiciones:

(1) libre entrada y salida, y

(2) trato nacional


El punto 2 implicaba para los capitales que fluían libremente en el contexto de una nación subordinada al FMI, un trato igual o mejor, que el que se le otorga a las contrapartes nacionales.



Inicialmente, alrededor de 1995, el Departamento del Tesoro de EE.UU. buscó imponer esos objetivos escribiéndolos como principios de la constitución de la OMC, pero varios países en desarrollo lo objetaron. Los países en desarrollo son relativamente poderosos en la OMC (comparado con el FMI) debido al régimen de un voto por país y la junta de arbitraje que permite apelar las resoluciones de la OMC.


EE.UU vio que la ruta de la OMC sería complicada y comprometedora, en la medida que habría muchas condiciones y calificaciones. Esto no era lo que Wall Street y el centro financiero de Londres querían. Por eso, el nuevo camino que emprendió EE.UU. fue el intento fallido del ALCA, que se transformó en sus derivados NAFTA y CAFTA, lo que implica que los países firmantes de los mismos, quedaron altamente vulnerables ante el derrumbe el muro de Wall Street del 2008, tras la burbuja de las "hipotecas subprime".
En este contexto, en 1992, bajo de la presidencia del Banco Central del economista neoliberal y ex-asesor del FMI: Jorge Guardia, en 1992, se abrió la cuenta de capital en Costa Rica, con la aprobación unánime de la junta directiva y que ha esbozado como criterios para tal actuación, que si se prohibiera traer y sacar capitales, nadie invertiría en Costa Rica, y que en vez de estimular el ahorro externo para contribuir al proceso de inversión y desarrollo, y con las típicas amenazas de los neoliberales, se afirmó que el país se quedaría rezagado con políticas que no daban cuenta de las "nuevas realidades" (-atrocidades financieras diríamos hoy-). No obstante, esto fue lo que produjo la burbuja de crecimiento, propiciada por las entradas al país, de capital de carácter especulativo, desde finales del 2007 y principios del 2008, que para el el 2009 estalla y se convierte en una de las tres recesiones más críticas de Latinoamérica, ante la perplejidad de sus economistas y gobernantes, que se encuentran en un estado de estupor, incapaces de poder tomar decisiones, por lo que todo hace prever que el barco se ha quedado a la deriva, sin capitán, en medio de un arrollador huracán y lo peor es que la población nacional se quedó abandonada a su propia suerte y aun no lo sabe.

CAFTA: una imposición más del capitalismo especulativo global


Como un supuesto irrenunciable de la denominada "política realista", diversos sectores políticos costarricenses, han mantenido la práctica de recibir financiamiento en el contexto de las campañas electorales, por parte de los anillos financieros de los empresarios de casinos, de operadores de seguros, de operadores de telecomunicaciones, medios transnacionales de comunicación, megaempresas de generadores eléctricos, de operadores portuarios, de las megraempresas farmacéuticas y de transgénicos, de industrias transnacionales mineras, de entidades de cooperación internacional, y de los sobornos logrados a partir de sus tráficos de influencias realizados para privilegiar ciertas concesiones de obras privadas y públicas. El epítome de esta apertura compulsiva y del tráfico de influencias descarados, quedó evidenciado por medio de la imposición del TLC (CAFTA).El grueso de la población costarricense, que se acostumbró a dormirse con los villancicos de sus perversos y corruptos ideólogos de la burguesía (-economistas, juristas, teólogos, etc.-), que le han pintado las maravillas de "La Suiza centroamericana"; se ha despreocupado por la demoledora crisis estructural de la capitalismo financiero globalizado, que golpea inclementemente a todas las economías del mundo. Se trata de mecanismo de alineación-negación, bajo la creencia que los políticos de turno, podrán sacar al país en poco tiempo de la crisis, cuan "chaparrón pasajero", y luego a continuar la "pachanga" y las "mejengas de la sele". El términos generales, los ciudadanos y ciudadanas costarricenses, parecen ser incapaces de percatarse que el modelo económico sustentatario del estado burgués costarricense se derrumba a pedazos, y que nadie está tomando las decisiones ante tan estrepitoso derrumbe económico, pues se requiere reconstruir urgentemente el sistema socioeconómico nacional, fortaleciendo la producción autóctona y el mercado interno, y considerar prioritario la satisfacción de las necesidades básicas, pues todo lo demás se convierte en suntuario. En breve, se necesita una concertación y concienciación nacional, y no un ocultamiento alevoso de las verdaderas dimensiones de la situación recesionara / estanflacionaria en que se encuentra la nación costarricense. Se requiere concertar una redefinición profunda de políticas, protegiendo las empresas locales – como las micro, pequeñas y medianas–, dar prioridad al sector agrario y fortalecer los fundamentos de una economía socialmente vinculante como lo es el cooperativismo. A favor también debe sostener un vigoroso sector público, comprometido con un planificado desarrollo de la justicia social, con una exigida gestión transparente y su indefectible sujeción a estrictos principios de rendición de cuentas.


El Efecto Cacique de Costa Rica


El expresidente del Banco Central de Costa Rica: Jorge Guardia, ha sentenciado lo siguiente: “Llegamos al fin del ‘efecto Cacique(marca de licor que se destila en Costa Rica) los consumidores, los empresarios y desde luego las autoridades todos bebimos en ese período de tiempo (período de expansión), y en algún momento tenemos que pagar la resaca”. Así mismo, Guardia ha expresado que: “Nosotros hemos pasado de la expansión casi a la recesión en 12 meses y es un periodo demasiado corto y desde luego los cambios que se han dado son muy abruptos”. Guardia auguró que: "en julio de este año cuando se presente la Encuesta de Hogares del INEC veremos un incremento fuerte, duro y difícil en desempleo, salarios e ingresos reales y en la pobreza. Así como en la redistribución de la riqueza, pues la inflación golpea muy fuertemente en las personas de menores ingresos y el desempleo también se ensaña en los que tienen menos oportunidades"


Costa Rica en el contexto de América Latina



Iniciando Abril, CEPAL ha comunicado que el crecimiento de América Latina y el Caribe retrocedería a -0,3% en 2009. Los países más afectados serían México, Brasil, Costa Rica y Paraguay. Este es el primer retroceso de América Latina, donde sus dirigentes en algún momento consideraron sus economías blindadas, ante la crisis en EE.UU.. Europa y Japón, tras seis años de crecimiento.



La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, durante el Latin America Emerging Markets Forum 2009 (Bogotá,Colombia), comentó que: "la tasa de desempleo regional aumentaría a niveles cercanos al 9%, tras ubicarse en cerca de 7,5% en 2008, lo que incidiría en un alza de la pobreza. Es decir, los efectos de la crisis internacional se dejarán sentir con fuerza este año en la región.


De acuerdo con el comunicado de CEPAL entonces, y en orden decreciente, los países más afectados serían México (-2,0% de crecimiento), Brasil (-1,0%), Costa Rica (-0,5%) y Paraguay (-0,5%), mientras que Panamá, Perú, Cuba y Bolivia mantendrían un crecimiento positivo igual o superior al 3,0%. En tanto, Ecuador y Chile anotarían un nulo aumento en su Producto Interno Bruto en 2009.No se puede negar entonces, que tras la aprobación del CAFTA, Costa Rica se ha vuelto altamente competitivo, pero no en comercio, sino en niveles de inflación y de recesión llegando en esta última a obtener una medalla de Bronce en Latinoamérica. Pero lo que es más alarmante, es que se está combinando recesión con una inflación de las más altas de América Latina.Se trata en conformación de la tormenta perfecta, con datos anómalos. Se combina un crecimiento recesionario (negativo), con altas tasas de interés (- tasa básica pasiva en un rango del 12%(+/-), aumento del desempleo, una inflación en aumento y la devaluación de la moneda. Entran en conflicto las políticas hacendarias, con las monetarias y los derechos laborales; en una danza de intereses creados, donde los sectores más poderosos intentan capear la parte cruda de la crisis, eliminando garantías laborales, a la clase obrera, que a la vez se enfrenta al desempleo, a una inflación insoportable y a unas tasas de interés que desgastan sistemáticamente sus reducidos ingresos,con tal de salvaguardar los intereses del sector financiero.
En cuanto a los indicadores de inflación, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Costa Rica subió 0.01 por ciento en marzo, para sumar un acumulado de 0.83 por ciento en los tres primeros meses del año, según lo indicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

La variación interanual de abril de 2008 a marzo de 2009 fue de 12.32 por ciento
, y resultó superior al 11.04 por ciento del período 2007-2008. En cuanto a la expectativa de devaluación, se estima que aumentará significativamente para los próximos 12 meses, pues ya se pasó del 5,9% en enero al 6,7% en febrero, según la encuesta mensual que realiza el Banco Central. Ante el aumento del déficit en cuenta corriente y el decrecimiento económico, todo hace prever a corto o mediano plazo una devaluación significativa del colón con respecto al US dólar.

Costa Rica: primer país del CAFTA en entrar en recesión

Mientras que todos los países del NAFTA se encuentran en una rampante y declarada recesión, las autoridades políticas y económicas de Costa Rica, como miembro del CAFTA, se habían negado a aceptar de manera explícita la recesión. No fue sino hacia finales del mes de mayo del 2009,
cuando se ha mostrado que el "plan escudo" propuesto para enfrentar la crisis económica, ha resultado un completo fracaso, que el Banco Central de Costa Rica (BCCR), emite informe sobre el índice mensual de la actividad económica (IMAE) del país, cayó 6,2% en marzo con respecto al mismo mes del año anterior. Por lo tanto, con ese comportamiento se cumplen seis meses consecutivos en los cuales la producción de un mes es menor a la del mismo mes del año anterior. Como resultaba predecible, los niveles de apertura propiciados por el CAFTA, ha implicado que los sectores más afectados son los relacionados con la actividad económica internacional como el agropecuario y manufacturero, hoteles y la construcción relacionada con la inversión extranjera directa. Esto ha implicado a su vez, un creciente desempleo abierto, pues según los trabajadores asegurados en la Caja Costarricense de Seguro Social, entre octubre de 2008 y marzo de 2009, se han perdido casi 24.000 empleos en el sector privado y según el OIT, cundo menos se duplicará esa cifra hacia finales de año.Por todo ello, el BCCR se vio obligado a rectificar un día después, lo mismo que el gobierno de Oscar Arias, que intentó inicialmente negar la existencia de una recesión, que dio cuenta de dos trimestres de decrecimiento negativo de la producción. Por ello, el BCCR, reconoció que la economía costarricense sufrirá este año un decrecimiento de 1,8% estimó el BCCR en la primera revisión del programa macroeconómico. El BCCR, reconoce explícitamente que los factores que han llevado a entrada en una prologada recesión económica, son la dependencia de la economía estadounidense y al mayor deterioro en el mercado interno. Se trata pues, de una de las peores recesiones que ha sufrido Costa Rica, solo comparable con la de inicios de los años 80´s y este dado explicito del BCCR, de que la variación interanual de decrecimiento económico será de -1,8%, implica que habrá un impacto significativo sobre la población costarricense, pues las tasas de pobreza y desempleo aumentarán. No obstante, como diversos datos referidos al endeudamiento externo, el BCCR, no da cifras estimadas de estos aumentos sobre la pobreza y el desempleo. Pero un estimado es que indicador de desempleo sea cercano a los 8,5 %, lo que implicaría de que son unos 50.000 trabajadores que habrían perdido su empleo entre junio del año pasado y junio de este 2009 y esto será una bola de nieve sobre los diversos sectores sociales y el índice de pobreza vaya a ser el más alto registrado en los últimos años.
Tampoco se ofrecen razones, sobre eventuales disminuciones de las tasas de interés pasivo, pues el BCCR tiene una tasa básica pasiva de 11.5 por ciento, que es una tasa real positivas con un margen excesivamente alto, más cuando de acuerdo a los últimos datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se muestra un decrecimiento en los índices de inflación,
y que el mismo BCCR ha estimado que la la inflación al cerrar el año, será de un 8% con la posibilidad de bajar o subir un punto porcentual y que más bien pareciera evidenciar un estadio deflacionario, al menos hasta que las nuevas alzas internacionales en los precios del petróleo lo permitan.
A esto se añade que el gobierno recetó una disminución del 20 por ciento al presupuesto de las entidades públicas, lo que significa una disminución en la inversión de las mismas, por lo que se muestra que el endeudamiento externo, como excusa de hacer inversión pública, es una macabra patraña, para mantener ligado a Costa Rica a largo plazo a las exigencias que estipulen el FMI, el BM y el BID, y con ello, amenazar a cualquier futura administración gubernamental a someterse a las mismas bajo amenazas de embargo económicos, calificaciones bajas de riesgo para la inversión, tal y como lo hacen ahora, con Venezuela, Ecuador y Bolivia.

¿Estanflación o Deflación?

El escenario económico costarricense pareciera estar pendulando entre un estadio estanflacionario y un estadio de recesión deflacionaria en el contexto de "el efecto cacique", en consonancia con lo que está sucediendo en los países centrales, que en en vez de una temida estanflación, entraron en una recesión deflacionaria
. La eventualidad de una sostenida recesión (crecimiento económico negativo), junto con una creciente inflación (estanflación), dependerá en buena parte de los precios internacionales del petroleo.La aparición del fenómeno denominado como "estanflación" en los años 70´s, hizo venirse abajo los postulados del patrón cambio oro, de Bretton Woods, que el el período postguerra, como plan estratégico esbozado para superar las crisis financieras y la depresión de los años 20´s y los 30´s, suscitadas a partir del imperante sistema financiero de libre mercado, imperante a comienzos del siglo XX. Este plan permitió tener monedas reguladas y cuenta de capital cerrada con lo que se respondió a esas crisis, y funcionó. En el nuevo contexto de la crisis estanflacionaria, se cuestionan los postulados teóricos keynesianos, que permitían explicar como se establece la relación causal entre la inversión orientada a la producción, implica el aumento del empleo y este a vez implica aumento en el consumo y por ende si se hace una inversión por parte del gobierno en el sector público, se obtendrá una oferta agregada y consecuentemente una demanda agregada que reactivará el sector productivo; pero que indefectiblemente aumenta la inflación. Por lo tanto la solución, no era eliminar la inflación, sino hacerla sostenible, con tal de bajar los índices de desempleo y mantener una producción ingente.



No obstante, la conquista del mundo por el capitalismo especulativo, implicó una inundación de papeles (-dólares, títulos valor, etc.-) tan abundante, que ni el patrón cambio oro, ni los niveles de producción real, podían dar cuenta de los capitales especulativos de un pujante sector financiero no - productivo, que pronto triplico los capitales del sector productivo.
Y ahí se inició la historia reciente de las crisis cíclicas y burbujas especulativas de carácter recesionarios, que podían ser recicladas por medio del incremento en la producción de armas en las cinco grandes potencias productoras de las mismas, y que por ende necesitaban una que otra guerra propia o ajena, para relajar sus índices recesionarios. Estas cinco potencias productoras de armas, no son otras que las que tienen el derecho de veto en la ONU y por ende, paradójicamente, velan por la paz del mundo. En este contexto de capitalismo financiero especulativo en que se encuentra sumergida la economía costarricense, el aumento de inflación no necesariamente implicaría aumento en la producción o viceversa.Los datos que parecen evidenciar una posible estanflación en la economía costarricense, son los siguientes: desde julio del 2007 la inflación en Costa Rica comenzó a crecer aceleradamente hasta llegar a un 16% en noviembre del 2008, y, sin embargo, la producción nacional, medida por el índice mensual de actividad económica (IMAE) que calcula el Banco Central, comenzó a descender aceleradamente en ese mismo período. Este movimiento declinante medido por el IMAE retrocedió desde octubre, y en diciembre tuvo la baja más fuerte registrada en los 17 años de historia de este índice. Mientras que el IMAE (-tendencia ciclo-) crecía a tasas del 7 u 8 % en julio del 2007, llegó a descender a -4,5% en febrero de este año. Además, se añade que los ingresos tributarios se estancan y en enero reapareció el déficit fiscal, alcanzando ¢109.000 millones en el primer trimestre del año; el crédito no crece a pesar de la reciente recapitalización de los bancos públicos; el comercio reporta ventas muy débiles en la temporada de fin de año. Crece la morosidad de créditos, cosa que en próximos meses podría poner en aprietos a más de un banco. Así que en el 2009, ya no se trata de un desaceleramiento de la producción, sino se inicia un período recesivo, con altos niveles de inflación, y esto es una evidente estanflación, de la cual no se puede predecir ni cuanto durará, ni que tan profunda pueda hacerse.

Si a esto se auna que Costa Rica se encuentra en uno de los déficit en cuenta corriente, proporcionalmente a su población, de los más altos del mundo, el escenario de las consecuencias económicas y sociales de esta eventual estanflación, se comienza a convertir en catastrófico, pues nada garantiza que antes del 2012, se pueda haber revertido esta crisis económica de dimensiones inconmensurables.


El déficit en la cuenta corriente es la diferencia entre el valor de los bienes y servicios exportados y el de los importados. Incluye turismo y otros servicios como los que ofrecen los centros de llamadas. La inversión extranjera directa incluye empresas nuevas que vienen al país, ampliación de operaciones de las firmas foráneas que ya operan en suelo nacional o compras de firmas o propiedades locales, entre otros.


La "Central Intelligence Agency", en: The World Factbook del 2008, han estimado que el déficit en balanza comercial de Costa Rica es de US $ -5,698,000,000 . En términos absolutos, se encuentra en el lugar 164 de los 191 países de la lista.


De acuerdo a los datos locales, el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos de Costa Rica aumentó en 2.669 millones de dólares en 2008 con respecto al año anterior, según informó el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Esa cifra representa un aumento del 62 por ciento en la diferencia entre el ingreso y salida de divisas; lo cual compite con la meta del Banco Central de Costa Rica de cerrar este déficit hasta en un 5,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Las remesas enviadas por costarricenses en el extranjero alcanzaron los 153 millones de dólares en el último trimestre de 2008, lo que representa 10 millones menos que el año anterior.



Costa Rica tradicionalmente ha cubierto el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos con los ingresos por turismo e inversión extranjera directa. Sin embargo, los datos disponibles hasta ahora muestran un decrecimiento en la inversión extranjera directa. Por eso ante la situación crítica, el Ministerio de Hacienda captará en el primer semestre del 2009 un total de ¢350.000 millones con la venta de bonos, más del doble de lo colocado en todo el año pasado (¢165.950 millones).


Debe considerarse que durante enero-febrero los ingresos del gobierno disminuyeron 2,8% frente a similar período de 2008, mientras que los gastos aumentaron 23,4%, lo que da una idea del camino inviable que llevan las finanzas públicas, que no es otro que el de un creciente déficit fiscal.


Simultáneamente, si se mantiene la actual inercia, el déficit en cuenta corriente de la balanza de pago podría superar 9% del PIB en 2009, lo que representaría unos US$3.500 millones que tendrían que ser cubiertos con inversión extranjera, crédito externo o “quema” de reservas internacionales.


Costa Rica tiene un bajo nivel de reservas internacionales, equivalente a menos de 3 meses de importaciones. La alternativa de “quemar” reservas internacionales prácticamente no existe. Así las cosas, la presión para devaluar el colón será cada vez mayor, puesto que, al final de cuentas, lo único que equilibraría las cuentas externas sería una disminución de las importaciones originada en su encarecimiento a través de la devaluación. Pero bien se sabe que una devaluación acelerada sin un fuerte ajuste en el gasto público y privado, trae consigo el peligro de un aumento incontrolado de la inflación, que ya es alta en Costa Rica (más del 12% anual).

No obstante, el gobierno de los hermanos del nepocrático dúo de los Arias, ha decidido que el único camino viable para gobernar, es acudir a múltiples empréstitos más, lo cual obviamente es una bomba de tiempo. La Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, deberá de aprobar una larga lista de empréstitos como: con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID): US $ 850 millones para infraestructura,
US$ 500 millones para el fortalecimiento del ICE, US $ 500 millones para fortalecer al Banco Central y 1US$ 19 millones para Áreas Silvestres Protegidas; del Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento (BIRF): US $ 80 millones para financiar proyectos en puerto Limón; y del Banco Mundial: US $ 500 millones más para contingencias ante la crisis. Lo que da el total trillonario en colones de: 1.391.032.000.000 ( aproximadamente 1.4 billones de colones-).

Como la cereza en el pastel, de la "conspiración del silencio", típica de las estratagemas oclocráticas del nepocrático dúo de los Arias, mientras los partidos políticos, los sectores empresariales y laborales presentaban (por separado) sus copiosas propuestas para complementar el Plan Escudo y superar los efectos de la crisis económica mundial en Costa Rica, el Ministro de hacienda y el Presidente del Banco Central negociaban (privadamente) con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo para una línea de crédito flexible: acuerdo de Derecho de Giro (Stand-By), por US $ 735000000 .

No obstante, resulta un tanto acomodaticio para las misma políticas del Banco Central de Costa Rica, cuya política monetaria ha favorecido al sector financiero privado en detrimento del los otros sectores de la economía. En cierta medida, el FMI, uno de los promulgadores de las aperturas de transferencias de capitales, que facilitaron la globalización de la crisis del sector financiero estadounidense, ha vuelto a tener poder, y ha negociado con Banco central lo siguiente:

* Contemplar un elevado déficit fiscal para 2009 y 2010
* No requerir ninguna reforma tributaria y fiscal para reducir el déficit
* Contemplar una expansión holgada de la liquidez y crédito, habida cuenta del bajo crecimiento esperado de la producción (la liquidez debe guardar concordancia con la expansión del PIB para asegurar una baja inflación)
* Aceptar una inflación del 8% para 2009 y de 7% para el 2010, tal y como se planteaba en el programa Macroeconómico del Banco Central.
* Mantener las bandas cambiarias, por lo que el Banco no tendrá que migrar este año a la libre flotación ni inflation targets (flotar la moneda es requisito fundamental para inflation targets)
* Mantener la pendiente de la curva (devaluación implícita de un 8.8% anual)
* Si la presión sobre el tipo de cambio aumenta por menores entradas de capital o aumentos inesperados en el precio de los combustibles, el Banco no necesariamente tendría que subir el techo de la banda porque cuenta con recursos adicionales de endeudamiento (BID; Banco Mundial) incluyendo los propios recursos del FMI (%735 millones)
* Lo anterior sería posible porque la meta de reservas monetarias internacionales que deberá mantener, como mínimo, el Banco Central será apenas de $3350 millones en junio y setiembre del 2009, y $3500 millones en diciembre de este año. Eso le permite intervenir en el mercado cambiario y perder alrededor de $1000 dado su nivel actual de reservas (alrededor de $4300 millones) sin incumplir el convenio.
* No se exige una mayor tasa de crecimiento económico. La cifra esperada por el FMI es de 0,5% en 2009 y 1,5% en 2010.
* El desempleo y el nivel de salarios quedarán por la libre
* La pobreza tampoco está en los ojos del BC ni FMI

En breve, el Banco Central se salió con la suya, y cuando se interpelado por su política monetaria, -como siempre se ha hecho- se transfiere las responsabilidades a agentes externos, en este caso el FMI, por lo que Costa Rica ha caído de nuevo sus garras, con el beneplácito de los intereses de ciertos grupos poderosos(-sector financiero-), que son protegidos por los economistas gubernamentales.

A esto se añade que el Gobierno costarricense, tras haber disparado el superhabit que recibió de la administración anterior, tras haber tenido una burbuja de bonanza en sus dos primeros años de administración, tras haber disparado en conjunto con sectores empresariales transnacionales y nacionales millones de dólares en la campaña por la aprobación del CAFTA, ahora pretende financiar gastos estatales con un préstamo de $500 millones aprobado por el Banco Mundial (BM).
Y la máscara de la donación de fondos del BCIE, para gastos discrecionales con usos oscuramente privados por parte de la Casa Presidencial, o particularmente para la asignación de gastos arbitrarios por parte del nepocrático dúo de los hermanos Arias, con los cuales se evidenció, incluso por la misma Contraloría General de la República, que no fueron transparentes, pero que al final de cuentas bajo en manto de un silencio conspirativo han quedado impunes, aun cuando se evidenció que los fondos de BCIE, se gastaron en la compra de conciencias, en el pago de consultorías fantasmas, en diezmar por todos lo medios posibles a los opositores del CAFTA, y pagar salarios privilegiados a sus "amigos", aun cuando fueran unos completos incompetentes, pero que tuvieran un grado "suciedad política", capaz de obedecer y cubrir cualquier porquería, que para todos y todas los y las costarricenses, que guardamos reservas de dignidad, nos resultan vomitivas. Pero "para que no nos falte", esas prebendas orientadas alevosamente a la compra de conciencias y a quien sabe cuantos otros gastos oscuros, celosamente encubiertos, se descubre ahora, que es el pueblo costarricense que los tiene que pagar. Esto quiere decir que, no solo se encadenó al pueblo costarricense a los grilletes de la esclavitud del CAFTA, sino que se les hace pagar con creces el precio de las cadenas con que son encadenados, y aun más, el pueblo costarricense es alienadamente convencido, que tales acciones se hacen por su bien, y que deben sentirse honrados por tener líderes de tan "noble talante", por eso deben que seguir votando por ellos. Buena parte de los dineros con que se compraron conciencias por parte de casa presidencial, en los cinco poderes de la República y de todos los vasallos que promiscuamente se le sometieron, fueron, - tal y como salió a la luz en todos los medios de prensa -, provenientes del BCIE, y resulta que, ahora, un pueblo pobre, despreciado y pauperizado por la oclocracia de los hermanos Arias, tiene que pagar con sus propios dineros, el lujurioso carnaval de compra de conciencias, pues, como dice el refrán: "no hay almuerzo gratis", y se evidencia que ahora Costa Rica está obligada a aportar cuando menos US $ 10 000000 para la capitalización del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Y aun así, tienen el descaro de pretender mantener sus tentáculos en el poder gubernamental, por medio de sus herederos y la horda de sus cínicos secuaces de los que se rodean, dilapiando recursos públicos en la promoción publicitaria en los medios de comunicación de sus delfines o delfinas. Es sencillamente vergonzoso que pueblo de Costa Rica tenga soportar el descaro de este tipo de descaros políticos.La oclocracia nepocrática de los hermanos Arias, evidencia el fracaso de las políticas económicas neoliberales, iniciadas desde la primera administración de Oscar Arias a finales de los años 80´s. A la vez evidencia, que el sistema financiero especulativo que sustentaba las tesis de un libre mercado globalizado, se derrumba estrepitosamente, arrastrando tanto a los sectores especulativos, como a los productivos de la economía mundial. Aun cuando para muchos especialistas era evidente desde inicio de los años 90´s, las graves consecuencias que implicaba para la economía mundial, la deregulación del libre flujo de capitales; y que permitía entre otras cosas, la inversión extranjera directa, exenta total o parcialmente de los gravámenes fiscales ordinarios (Zonas francas, Maquilas tecnológicas, etc.), a la vez que flujos financieros irresctrictos y de procedencia opaca, era protegidos por el secreto bancario, creando diversos tipos y grados de paraísos fiscales alrededor del mundo. Este carnaval financiero es camuflado por medio de exigencias del libre comercio, y de una imperiosa y urgente globalización, bajo pena de que las naciones que no se adscriban a esta locura financiera, se quedarán relegados, se volverán poco competitivos y habrán perdido la salida "del barco del desarrollo". Es en este contexto que se suscita un frenesí de lucro ciego de los poderes fácticos, tanto de los países centrales como periféricos y se promueven furiosamente la emergencia de los "nuevos hipermillonarios del mundo" que figuren en el "hit parede" de los más ricos del mundo. Esta locura fue la que permitió inflar una secuencia de burbujas especulativas, de la que se contagian también a los hermanos Arias, y quedan obnubilados por su afán de lucro insaciable de sus propios intereses empresariales y financieros, y de los intereses de los diversos y variados tipos de anillos financieros megaempresariales de los sectores plutocráticos, a los cuales representan; por lo que, ostentanto de manera incondicional el poder gubernamental, no escatimaron la dilapidación de recursos públicos o privados, para imponer la normativa legal de apertura total y desmantelamiento de los vestigios de un estado de bienestar social costarricense, que propiciase las condiciones que pudieran convertirlos en gigantescos hipermillonarios, sin que importe la miseria y el dolor humano de su propio pueblo, siguiendo el ejemplo de su buen amigo: Carlos Slim de México, el tercer millonario del mundo en medio de un pueblo constituido por 50 millones de pobres y 30 millones de miserables; por lo que fue imperioso al nepocrático dúo de los Arias, imponer a cualquier precio el CAFTA y muy especialmente las denominadas como: "leyes de implementación", para lograr sus fines.

Esta imposición oclocrática del CAFTA, marca un punto de inflexión en la estructura del estado costarricense pero también en la conciencia de clases en Costa Rica, abriendo la puerta a nuevas formas de luchas de clases organizadas, propiciando por una parte en
los grupos plutocráticos, diversos niveles de paranoia y terror ante las eventuales revueltas sociales y ante cualquier brote de libertad expresión popular en los medios de comunicación colectiva, como por otra parte en las clases sociales pisoteadas por la plutocracia, como lo son: los sectores obreros, el campesinado, el sindicalismo, el ambientalismo, el feminismo, los estudiantes universitarios y otros tantos, que como movimientos particulares defienden sus espacios vitales y que a su vez, gradualmente se consolidan los vínculos y finalidades comunes, gestando un nuevo estilo de conciencia de clase.

Pero a pesar que los Arias, han querido excusar su fracaso, culpando a los agentes externos internacionales de la crisis económica, ellos han sido parte de los agentes internacionales que fomentaron un sistema financiero de desregulación de flujo de capitales y del monetarismo globalizado que llevó a la crisis económica más grande desde la segunda guerra mundial y que aun no toca fondo. Lo que es peor, es que los hermanos Arias, se encuentran bloqueados mentalmente, y se sumergen en un estado de negación, casi catatónico; esto se muestra en los discursos del presidente: Oscar Arias Sánchez, como el que realizó en la Cumbre de las Américas, quien acude a las añejas y superadas tesis sociológicas de la modernización y de la globalización monetarista, que depositaban una fe ciega en un progreso ilimitado, sin restricciones de los recursos naturales o los recursos humanos, y en una espiral de crecimiento de capitales permanente; es decir, acude a la superada creencia de la búsqueda de el mito del "El dorado" , de la consecución de un paraíso capitalista; en el cual los recursos caerán en cascada desde los sectores superiores, derramándose hacia todos los otros sectores de la sociedad, haciendo más ricos y sacando de la pobreza a aquellos sectores excluidos de la riqueza; y esto con solo incrementar la productividad nacional, el comercio, las exportaciones y en breve el PIB de una nación. Su fe ciega en el "gato cazador de ratones", de China, sin importar el color del gato, no es más que retórica y argumentación falaciosa, pues la superación de la pobreza de China, no de debe a una función directa del aumento del PIB, sino a una plataforma social y a un partido comunista central que dicta políticas fiscales y sociales agresivas. Pero también utiliza la falacia de utilizar los números absolutos de población saliendo de la pobreza en un lapso de 20 o 30 años, sin contar los números relativos al porcentaje de la población conforme en este período se ha incrementado la población china y mundial. Tampoco toma en cuenta, que esta búsqueda de riqueza de China, está planificada por una clase política, que se ha convertido en un grupo económicamente privilegiado, que han decidido para su propia conveniencia, llevar una vida con lujos y riquezas, con mansiones, canchas de golf y complejos turísticos; que han incentivado grandes concentraciones de riqueza en unos pequeños sectores, que han aceptado como insalvable la pobreza de cientos de millones chinos en las zonas rurales, que nunca verán en sus vidas más que una vida miserable. Por lo que es risible la ingenuidad del presidente Arias, con la metáfora del gato, y que no importa el color del gato, sino que caze ratones, pues en China, el gato es y seguirá siendo Rojo, y aunque se permite que se den algunas de sus relaciones de producción de tipo capitalista, la estructura política fundamental es y seguirá siendo un tipo de comunismo, con una política de planificación estatal centralizada. A la vez, es penoso como da muestras de su enciclopédica ignorancia de lo que ha sido la historia del capitalismo, pues el surgimiento de este sistema en los países centrales, solo fue posible a partir de la inclemente e inhumana explotación de los recursos naturales y humanos (esclavismo) de las colonias, y muy especialmente de las colonias en los territorios que hoy conforman los pueblos latinoamericanos. Desconoce a la vez las agresivas incursiones del neocolonialismo, en particular de los EE.UU. sobre los emergentes pueblos Latinoaméricanos, que han visto surgir luchas sociales contra tales imposiciones, que han marcado heridas aun hoy sangrantes en los pueblos latinoamericanos, como: la doctrina de política exterior de los gringos denominada como: "Destino Manifiesto", concebida en el siglo XIX, que robó más de la mitad de los territorios mejicanos, acción que fue considerada como el primer paso para expandirse hacia todo el continiente americano, que diversos políticos e ideólogos gringos han considerado como su destino irenunciable; así como de las luchas que dio: Agustín Farabundo Martí y Augusto César Sandino en Centroamérica; como también por las reivindicaciones sociales logradas por Juan Jacobo Arbenz contra las transnacionales gringas y que llevaron al bombardeo directo del ejército estadounidense sobre territorio guatemalteco apoyando el golpe de Estado contra Árbenz, orquestado por la inteligencia del gobierno gringo, con el objetivo de imponer un estado dictatorial militar (-que aun sostiene los hilos del poder en Guatemala-), y entronar el terror estatal dispuesto arrasar con su propio pueblo, por medio de una genocida guerra que ha dejado más de doscientos cincuenta mil muertos (-en su mayoría de los indígenas guatemaltecos-), y dejando en la impunidad total a los políticos, plutócratas y militares involucarados; como también de los 50 años de agresiones contra Cuba, desde la invasión en bahía Cochinos hasta las agresiones permanentemente pagadas con sumas multimillonarias por parte de USAID, y muy en especial a los privilegiados cubanos del exilio, que se volvieron expertos en terrorismo mediático. A la vez, que el presidente Arias, cínicamente borra de un plumazo los genocidios realizados por las dictaduras y los militares de los ejércitos de diversos países de Latinoamérica, en particular la ignominiosa "Operación Cóndor", del cono sur, que fue patrocinada y planificada desde el mismo pentágono como lo han revelado los documentos desclasificados de la CIA. Es penoso un discurso así frente a toda la audiencia de los presidentes y pueblos de toda América Latina, pues se les intenta hacer creer, que los latinoamericanos somos tan imbéciles como pretende el presidente Arias. Por estas actitudes autistas y megalómanas, es que tras recibir el premio Nóbel de la Paz, sustentado en el esfuerzo concertado de los presidentes centroamericanos y los grupos insurgentes, por bajar las armas y empezar un diálogo en el contexto de los planes de paz; Oscar Arias Sánchez, asume que es por un tipo investidura cuasi - divina, que le dan tal premio; y una vez que lo recibe por parte de la Academia Sueca, se dedica entonces a inflar su Ego, a pretender figurar en el resto del mundo y por ende, a olvidarse de los aspectos fundamentales. requeridos para lograr la verdadera paz, que es lograr la justicia social y la inclusión política de los todos los sectores de los pueblos centroamericanos, y todo ello requería un seguimiento cuidadoso de los planes de paz centroamericanos, y que fue de lo que un plutócrata como Oscar Arias al instante olvidó; por lo que la paz no llegó más que nominalmente, favoreciendo el fortalecimiento de los sectores plutocráticos que eran sostenidos por ejércitos genocidas(-quienes quedaron eternamente agradecidos con Arias-), y cuyos perdedores inmediatos siguieron siendo los pobres, los explotados, los pauperizados, que vieron como se incrementaron las condiciones miserables, como se siguieron ejecutando persecuciones, desapariciones, asesinatos y genocidios atroces. Tras los acuerdos de Esquipulas, hubo un aparente desarme, cesó el fragor de los fusiles, pararon los muertos por guerra militar, pero aumentaron los muertos por hambre y desnutrición, tal que más de 20 años después, Centroamérica sigue siendo una de las regiones con mayor inequidad en el mundo. En Guatemala más del 50% de los niños se encuentra en estado de desnutrición.
Es por todo ello, como por su insaciable afán de poder económico y por favorecer a los sectores de mayor riqueza; que el actual presidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez, es repulsado por cientos de miles de costarricenses, en particular por las nuevas generaciones estudiantiles de clases populares y por los(as) ciudadanos(as) con conciencia social y con altas reservas de dignidad, y que muy a pesar de que la prensa de la oligarquía ha intentado maquillar este descontento popular, no han podido ocultar del todo que el pueblo (
71 de cada 100 ciudadanos)
tiene claro que el nepocrático dúo de los Arias gobierna, no en beneficio de la población en general, sino que lo hace en beneficio de algunos sectores; y por ello se explica a su vez que 54 de cada 100 no piensa votar en las próximas elecciones.
Pero, lo que es más, difícilmente recibirá un ápice de aprecio de los grandes grupos humanos pauperizados por las pseudo-democracias de derecha post acuerdos de Esquipulas de toda Centroamérica, en particular las de Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Cuando los nuevos vientos políticos latinoamericanos, que reviven el destino irrenunciable hacia gobiernos de perfil socialista, han soplado sobre Centroamérica y los pueblos han girado sus opciones hacia la izquierda, el presidente Arias, se ha quedado aislado como uno de los pocos dinosaurios derechistas que quedan en América Latina.
Y aun cuando, fue reconocido por el mundo por la obtención del premio Nobel de la Paz en 1987,
por lograr en Consenso de los presidentes centroamericanos frente a los grupos insurgentes, que propició la vuelta a la democracia, en el contexto de los acuerdos de Esquipulas; no obstante, 20 años después es capaz de afirmar que: "el consenso es la antitesis de poder hacer las cosas. Solo sirve para frenar" y que ha llegado a afirmar que: "no cree en la democracia". Es ovbio que ha pasado de un demócrata que aspiraba a los consensos, a un neofascista autocrático; y para los que vivimos en Costa Rica, tenemos esto completamente claro.
Pero todo ello, es una evidencia superlativa que muestra: "o del cinismo o de la conciencia enajenada de un burgués", que desconoce por completo la realidad social de sus propios pueblos, y que impone las directrices a una nación, desde un cúmulo de creencias sustentadas en su "falsa conciencia", desconociendo la naturaleza misma del ciclo irracional de sobreproducción de capital, en el que se sustenta el capitalismo mismo y que fue precisamente este tipo de ideología, que sustentada en un cúmulo de creencias sobre un tipo de producción irrestricta e irregulada de capitales, lo que permitió inflar las burbujas financieras del capitalismo especulativo en los últimos veinte años, y que tras distintos estallidos de las mismas, se terminan derrumbando estrepitósamente con la caída del muro de Wall Street. Es a todas luces evidente que la "conciencia alienada" del presidente Arias, no le permite aceptar la cruenta realidad económica actual. Los hermanos Arias no quieren aceptar que el mundo cambió y no volverá a ser el mismo.


La administración de Barack Obama de EE.UU., ha dado muestras preclaras, que ya no le interesa referirse a NAFTA o CAFTA, porque se han vuelto entidades jurídicas obsoletas, que encierran más peligros para las economías involucradas, que potenciales ventajas. De hecho, las nuevas propuestas, se orientan más bien al planteamiento de diversas políticas evidentemente proteccionistas, desde el "compre americano"(-Buy American-), hasta las políticas fiscales que desestimulan el flujo de capitales para evadir impuestos en territorio
de los EE.UU., a la vez que se estimula fiscalmente a las empresas transnacionales estadounidenses que propicien nuevos modelos administrativos, tal que estos garanticen la generación de nuevos empleos en su propio territorio. Lo mismo sucede con todas las otras naciones de la OCDE, que intentan repatriar inversiones en el extranjero de sus propias empresas nacionales y evitar la salida de flujo de capitales de sus territorios, persiguiendo, por ende, los paraísos fiscales y exigiendo transparencia financiera y fiscal, bajo pena de sanciones económicas a las naciones que no se ajusten a sus reglas.

Pero el neopocrático dúo de los Arias, se niega aceptar esta nueva realidad de la economía y de la política mundial; se niega aceptar el rotundo fracaso del modelo neoliberal que han sostenido en los últimos veinte años; se niegan a aceptar el total fracaso comercial del NAFTA y el CAFTA, y como buenos "niños ricos", que sus "papitos" han quedado en quiebra y se encuentran en un inesperado estatus de pobreza, se niegan a aceptar esta nueva condición socioeconómica; y ante tal obnubilación y ceguera política, deciden, - como mecanismo de autoengaño individual y colectivo - , endeudar al pueblo costarricense hasta límites insostenibles, frente al FMI, BM, BID, BCIE, etc.; con deudas que, dado el decrecimiento de la economía costarricense, sin expectativas cercanas de un punto de retorno, se volverán impagables, pues el tamaño del pastel del PIB mundial y nacional se achicó de manera irreversible, y todo ello implica, una eventual bancarrota del estado costarricense a mediano plazo, pero a corto plazo se está en frente no solo de una virtual baja en las calificaciones de riesgo-país, sino también para todo el sector empresarial nacional; por lo que se avecina no solo la falta de liquidez para este sector, sino un estado de insolvencia total.
Esto ha sucedido con Europa del este, con Irlanda, con Japón y actualmente está sucediendo con Gran Bretaña, que al mantener su sistema monetario basado en la "Libra esterlina" , -a diferencia de EE.UU. que puede imprimir dólares para pagar sus deudas, sin que a corto plazo su economía interna se perturbe-, por lo que GB está a punto de perder sus calificación triple AAA. Si esto sucede con la cuna del capitalismo mundial, ¿que pasará eventualmente entonces con una economía tan vulnerable y débil como Costa Rica?.

La calificadora Stardard and Poor’s, había dado en los años de bonanza (- el período de "vacas gordas" del presidente Arias) una calificación soberana de largo plazo a Costa Rica de BB (subgrado de inversión) con tendencia estable. No obstante, ya enterada de la caída en picada de la economía costarricense(-las "vacas flacas"-), esta autoridad monetaria someterá a revisión la calificación de acuerdo a los nuevos datos sobre el decrecimiento del PIB para 2009, por lo que ante la entrada en recesión de la economía costarricense, así como del ingente crecimiento del déficit fiscal y de la deuda externa, se puede prever una significativa baja en la calificación de riesgo-país para Costa Rica, por esta entidad y otras entidades calificadoras de riesgo como Moody’s e Institucional Investors.

Desaceleración del comercio internacional, políticas contracíclicas y recetas económicas locales



CEPAL ha considerado también que en todo América Latina los efectos negativos se aprecian en la desaceleración del comercio internacional y la caída de los precios de los bienes primarios, con lo que los términos de intercambio para la región en su conjunto caerían un 15%. También se verá una fuerte disminución de las exportaciones -que afectará principalmente a economías abiertas como las centroamericanas y México-; una reducción de las remesas, menores ingresos por turismo -especialmente en el Caribe y Centroamérica-; y una disminución de los flujos de la inversión extranjera directa. A esto se añade un contexto de creciente incertidumbre a nivel regional y global que afecta las expectativas del sector privado, con consecuencias negativas sobre la inversión y el consumo.


La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL señaló que la disminución de la disponibilidad de financiamiento internacional y el aumento de las primas de riesgo de la deuda soberana latinoamericana también impactarán a la región. Agregó que, por el momento, las economías de la región han tenido solidez para enfrentar los impactos del canal financiero, gracias a que aprovecharon la bonanza de años anteriores para acumular reservas, disminuir su endeudamiento y repactarlo en mejores condiciones. Pero si el escenario actual se prolonga o profundiza, lo que no puede descartarse, el año próximo algunos países tendrían dificultades.


Más alla de la reuniones de internacionales de líderes, de regulaciones del mercado, o de megasalvatajes del sector financiero, resulta fundamental esclarecer los fundamentales de la economía productiva frente a la economía improductiva o especulativa, y concentrarse en un período de al menos de un par de lustros, se puedan construir modelos o recetas económicas a la medida de cada nación, cuya prioridad sea la satisfacción de las necesidades básicas de toda la gente de su población.


Por el momento, ante eventuales carestías alimentarias y miseria de grandes grupos humanos en todo el mundo, lo que no se concentre en una economía de supervivencia, desdichadamente sobra. Debe empezarse por la autonomía alimentaria de cada pueblo, por medio de fortalecimiento de sus sectores primarios y por un imprescindible proteccionismo de sus productores agrícolas, como medida urgente de sobrevivencia.
Dani Rodrik, en su obra: "One Economics, Many Recipes. Globalization, Institutions and Economic Growth", ha advertido, que pueden darse diversas recetas, pero que debe tomarse en cuenta que hay que tomar decisiones, en lo que él ha denominado como un trilema: la globalización comercial, mantener la soberanía nacional y la democracia, y que de estos tres objetivos económicos, solo es posible escoger dos, pues en caso contrario se desemboca en contradicciones inevitables, ya que los avances hacia una de esas metas, exige renuncias en las otras. Rodrik, concluye que no es conveniente una economía completamente estatizada, centralizada y planificada, ni el de una economía totalmente libre de intervenciones del gobierno.
El crecimiento económico no es un proceso natural que se da sin ayuda del gobierno, o cuando sus interferencias son eliminadas. Se necesitan acciones positivas del Estado para acelerar y mantener el crecimiento económico. En el caso de la política comercial, si un arancel sobre los productos finales es eliminado sin que se elimine el arancel sobre los insumos, se va a perjudicar injustamente a la industria doméstica. Por todo ello, Rodrik propone abandonar el dogmatismo neoliberal en favor de una metodología económica que sin dejar de ser neoclásica, toma buena nota de los fallos del mercado, en particular de los problemas informacionales, y que se guía por la experiencia, la evidencia empírica y los casos de estudio. En este sentido, Rodrik recuerda que hay unos principios generales que se deben seguir para lograr crecimiento económico, tales como apertura a la iniciativa privada, integración en los mercados internacionales, y políticas fiscales y monetarias moderadas. Pero estos principios generales no se traducen en recomendaciones de políticas únicas y de validez universal. Así, la integración en la economía global no tiene por qué producirse mediante la eliminación de todos los aranceles.


Los depredadores de la clase obrera costarricense muestran sus colmillos

No obstante, la carencia de visión política de las autoridades costarricenses, la incapacidad de reconocer los garrafales
errores de las políticas económicas asumidas en los últimos 20 años en Costa Rica, y la necesidad imperiosa de un pensamiento lateral, que obligue a gestar soluciones de manera totalmente diferente a las que se venían dando con anterioridad, y más allá de los dogmas y creencias del neoliberalismo aceptados ingenuamente; harán de esta crisis un punto de inflexión en la paz social que el pueblo costarricense ha ostentado como emblema durante las últimas cinco décadas y que terminará gestando conflictos entre clases sociales.



El denominado "Plan escudo" del presidente Oscar Arias, se evidencia como una de sus alevosas artimañas para salvaguardar los intereses de su clase social, por encima de los intereses de un pueblo, de una clase obrera, por quienes siente poca o ninguna empatía.


La oclocracia nepocrática de los hermanos Arias, se sumieron en una etapa de negación , e irresponsablemente negaron ante el pueblo costarricense, las dimensiones demoledoras de la economía capitalista de la actual crisis económica mundial para la nación costarricense. En este mismo sentido, ninguna autoridad económica ha querido hablarle sinceramente al pueblo, aclarando que se trata tanto de factores externos como de factores internos los que harán entrar a la economía costarricense en una recesión de alcances no predecibles y consecuentemente intentar concertar con todos los sectores nacionales, las soluciones factibles. Temen reconocer ante el pueblo que sus alevosos planes incluídos el TLC (CAFTA), se descalabran, y hay que buscar urgentemente otro rumbo de la economía. El mismo presidente del Banco Central, se negó en un primer momento a aceptar que Costa Rica se encuentra en recesión y con sus típicas e irreponsables actitudes evasivas, prefiere no etiquetar la actual coyuntura económica. No obstante, la recesión es tan evidente y tan severa, que el nepocrático dúo de los Arias, y el presidente del Banco Central, Francisco de Paula Gutiérrez, reconocieron por fin que Costa Rica está en recesión económica, aun cuando sus estimaciones están matizadas por números suaves, que ocultan parcialmente la gravedad de la situación de la economía real en Costa Rica.

Cuando el nepocrático dúo de los hermanos Arias, intentó dar una respuesta y proponer algún plan de solución, este fue no solo tardío, sino improvisado
. Entonces, fue cuando propusieron el denominado "Plan escudo", con la más completa ausencia de la rigurosidad de un diagnóstico previo y de la formulación de un proyecto viable de implementación, y con una perversa ingenuidad en torno al problema de la generación de empleo.

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Costa Rica: Plan Escudo ante la crisis 1
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Costa Rica: Plan Escudo ante la crisis 2
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En un completo amateurismo, el nepocrático dúo de los Arias, presentó su propuesta en cuatro páginas, que no son exactamente un plan, como lo reconocería cualquier estudiante universitario que haya cursado un curso de planificación: no se encuentran diagnóstico, objetivos, metas, medios, cronograma, etc.
En esta improvisada propuesta, se presentan cuatro pilares: las familias, los trabajadores, el impulso a las empresas y el sistema financiero, lo que hace recordar la vieja metáfora del mismo Oscar Arias de las columnas de la catedral. Muestra que, en 20 años, ya no sólo se le redujeron las ideas, sino también las columnas de la catedral.



Así, entonces, para las familias, el plan propone un aumento del 15% de las pensiones del régimen no contributivo, las denominadas “loncheras” para el fin de semana, las ampliaciones del programa Avancemos y del bono de vivienda, y la disminución temporal de tasas de interés en créditos para vivienda.


En cuanto a los trabajadores, las jornadas de trabajo reducidas y cambios en la legislación laboral. Con estas, se pretende que un empleador no despida a sus trabajadores, sino que, de ser necesario, los contrate por una jornada menor.

Además, becas mensuales de capacitación para trabajadores en riesgo, a cargo del Instituto Nacional de Aprendizaje, mayor empleo público (infraestructura educativa y vial) y apoyo a la obra pública municipal
.



El impulso a las empresas incluye el fortalecimiento de la banca de desarrollo, menores intereses para las pequeñas y medianas empresas (PYMES), la depreciación acelerada y el plan nacional de alimentos.


Y como último pilar, la capitalización de los bancos del Estado, la aplicación de deuda subordinada como manera de que estos fortalezcan su capital y una inyección de $500 millones para el Banco Central, se encuentran entre las medidas para el sector financiero.


Pero este escudo de papel, con el primer viento ya "se voló", pues ante la caída rampante en recesión, la propuesta de aumento en gastos de inversión y protección social a través de un crédito externo, se desploman y más bien se han emitido directrices de reducir todos los presupuestos en un 20%, incluídos los fondos para la educación superior.


Por otra parte, se mostró no solo lo absurdo, sino lo patético que resultó la solicitud de que los bancos estatales bajen las tasas de interés activas, pues por una parte los Bancos Nacionales, realizan una pequeña baja, y el Banco Central realiza un aumento significativo de las tasas de interés pasivo. Por lo tanto, no hay ningún beneficio en torno a la disminución de tasas de interés de los prestamos, pues quedan casi igual en algunos casos y en otros casos, más bien aumenta. Se muestra en breve, que "la cola se encuentra moviendo al perro", pues hay una completa desvinculación en las políticas fiscal y monetaria.


Luego, se propone una cuestionable ley de flexibilización laboral, que muestra el colmillo de la explotación laboral, que habían intentado ocultar y que recarga todos los riesgos en el trabajador y su familia. Los lobos con piel oveja, se muestran tal cuales. Se muestra que la rapacidad laboral de las clases plutócratas costarricenses, no solo está dispuesta a desterrar las garantías laborales escritas con sangre por la clase obrera, sino que con tal de salvarse ellos, les importa poco el dolor humano que puedan infringir. El susodicho plan no se habla de “flexibilidad empresarial” o de un empresariado con mayores responsabilidades en el sostenimiento del empleo o la lucha contra la crisis
Esto es un retroceso en contra de los logros históricos en garantías laborales, sino incluso de las conclusiones a las que llegó la última reunión del G20, no fue otro Bretton Woods, pero si demostró algunas cosas que ni los políticos ni los economistas costarricense se deciden a reconocer, y es que del modelo neoliberal falló y no va más el Consenso de Washington y los planes de control económico del ALCA. El G20, le mostró a los aun creían que esta era un chaparrón pasajero y luego a volver a fiesta de crecimientos sin fin, si preocupaciones de su sostenibilidad ecológica, de libre flujo de capitales, de una alocada globalización y de consumismo conspicuo perpetuo. Además trajo a colación que los mitos neoliberales deben ser abortados y por lo tanto, de manera explícita se replantea el rol de los Estados, los límites de la liberalización financiera, el saneamiento de los bancos, la recuperación de los niveles de empleo y el deseo de retornar a una economía productiva. Quizás lo más importante, fue el logro de países considerados dependientes y periféricos en el pasado como Argentina y Brasil lograron que se excluyera del acuerdo final del G-20 una alusión "al mercado laboral flexible", y lo que consideraron una victoria por la mala experiencia que esa práctica ha tenido en sus países. Quedó en evidencia que resulta urgente e imprescindible desterrar estas prácticas de flexibilidad laboral, pues los resultados en Latinoamérica, mostraron el rostro inhumano de estas prácticas, y que son "grosso modo", una vuelta a la explotación laboral, de tiempos que se creían superados. Esta alevosa flexibilización laboral, desembocará en la precarización laboral y eventuales conflictos sociales derivados.


El asistencialismo de "Avancemos"

No obstante, lo que en apariencia mostraría la fibra de solidaridad social del plan, que es mantener y fortalecer
el programa de becas estudiantiles Avancemos; basta con analizar los detalles, para evidenciar las intenciones múltiples que esconde este programa.De acuerdo con los resultados, la relación entre costo y beneficios, muestra una tremenda ineficiencia en los objetivos que se habían propuesto. Según los datos revelados a fines del primer trimestre del 2009, 3.000 estudiantes más se mantuvieron en el colegio, de tal modo que los etiquetados como "desertores" (-es negativa la carga semántica del término, pues se enmarca dentro de una visión bancaria de la educación-) quedó en: 40.285, en comparación con 43.370, por lo que sin un estudio cuidadoso el gobierno ha lanzado las campanas al vuelo, pues no da un estudio detallado de los "no desertores" y no se explicitan detalles de los valores relativos y absolutos respecto a de la población estudiantil total; como tampoco es viable establecer tan a la ligera una relación causal entre las becas y la no deserción, pues el costo ha sido muy alto y el rendimiento ha sido mínimo. Esto pues, cuando no existía este programa de Becas, en el 2003 se registra un descenso en la deserción a un 10,4%.Así que establecer una relación causal a priori, resulta demagógico, en tanto que muy probablemente, en un año estas cifras no serán sostenibles, pues este tipo de asistencialismo, mitiga el problema, pero sus causas estructurales como la pobreza, la miseria y la pauperización de grandes sectores de la población se mantienen intactas; mientras que el coeficiente de Gini, muestra que lo que si avanza a pasos de gigante es acumulación desmesurada de la riqueza en los cada vez más pequeños grupos plutocráticos de la nación; y que sus ideólogos financiados y con peso político, reaccionan virulentamente contra los programas fiscales en función de los programas orientados a una solidaridad social basada en una justa redistribución de la riqueza.Por ende, este no es un programa solidario, sino asistencialista, que más que resolver el problema estructural de fondo que es la pobreza y la miseria, se convierte en un mecanismo de clientelismo político, que va a ser utilizado para las próximas elecciones presidenciales sin lugar a dudas, dado la cuasi derrota que tuvo en las pasadas elecciones el actual presidente de la República. Por ende, este plan propone una política social asistencialista y clientelista, pero no hay ninguna atención al alto costo de la vida para las familias más pobres.



Pauperización de las clases obreras costarricenses

El peso de la crisis se recarga en la clase obrera y el plan carece de medidas fiscales agresivas, que estimulen a que las empresas no realicen despidos; además, con la típica visión reduccionista de los Arias, no se diferencian sectores ni regiones. Un sector como el turismo será especialmente afectado, y esto exige un tratamiento especial para las regiones donde es la base de la actividad económica.



Consecuencias similares padecerán las poblaciones, cuyas economías se sostienen en la exportación o en las remesas que vienen de EE.UU. Y para variar, se puede vislumbrar el típico tráfico de influencias a que está acostumbrado el oclocrático dúo de los hermanos Arias, pues solo un sector de la actividad económica recibe tratamiento especial y es el sector financiero, a pesar de que no es el más golpeado por la crisis.


El nepocrático dúo de los Arias, con el afán de acudir a políticas llamativas y populistas, y pretendiendo tener una varita mágica, que recicla el "New Deal", aplicado para solventar la Gran Depresión en los años 30´s, por Franklin D. Roosevelt, se proponen la poco original fórmula de invertir en obra pública; que aunque una propuesta de este tipo, es irrenunciable para cualquier plan de desarrollo nacional, la propuesta esbozada en el contexto de este plan escudo, es una improvisada "ocurrencia de cafetín", que no solo no toma en cuenta, ni la galopante recesión que se viene encima, ni que a diferencia de EE.UU., el Banco Central de Costa Rica no puede imprimir dólares, y que la competencia internacional por nuevos recursos financieros ante los organismos internacionales es voraz, pues hay una larga fila de países haciendo fila por conseguir liquidez para salvar sus afixiados sectores financieros y productivos. Además, la faceta demagógica del plan, se hace evidente al obviar todos los procesos administrativos y legales involucrados en la propuesta, pues el Estado podrá demorarse cuando menos dos años antes de comenzar nuevas obras.


Así que el "plan escudo" del presidente Arias, se ha derretido ante los primeros rayos recesionarios que han llegado al país, por lo que en poco tiempo, si la administración gubernamental es incapaz de presentar alternativas, que den un giro radical a sus políticas económicas y estén más bien preocupados por su sucesión gubernamental; es posible que el Estado costarricense se encuentre eventualmente en quiebra, como ya pasó con Islandia y está pasando con algunas de las naciones de Europa del Este, Pakistán y México; todo ello, con consecuencias sociales impredecibles por el momento.

Es de esperar entonces, que conforme los distintos sectores de la población que serán enfrentados al desempleo, insolvencia, pobreza, miseria y hambre, comiencen a generarse graves disturbios sociales, nunca antes conocidos en esta pequeña nación centroamericana.


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